Maestro y Sociedad e-ISSN 1815-4867

Volumen 22 Número 4 Año 2025

Artículo original

El acoso escolar y estrategias de prevención en estudiantes de básica media

School bullying and prevention strategies in middle school students

Bullying escolar e estratégias de prevenção em alunos do ensino fundamental II

Iliana Magali Alcívar Solorzano *, https://orcid.org/0009-0007-3277-0519

Víctor Efrén Alcívar Calderón, https://orcid.org/0000-0003-1814-5657

Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, Ecuador

*Autor para correspondencia. email iliana.alcivar@educacion.gob.ec

Para citar este artículo: Alcívar Solorzano, I. M. y Alcívar Calderón, V. E. (2025). El acoso escolar y estrategias de prevención en estudiantes de básica media. Maestro y Sociedad, 22(4), 3405-3414. https://maestroysociedad.uo.edu.cu

RESUMEN

Introducción: El acoso escolar es una problemática compleja que vulnera los derechos de los niños y adolescentes, afectando su desarrollo social y académico. Esta investigación se centró en analizar el acoso escolar y las estrategias de prevención en estudiantes de básica media de la Unidad Educativa "Washington Pazmiño Vargas". El estudio partió de la premisa de que la falta de estrategias de prevención y formación en habilidades socioemocionales incide negativamente en la convivencia, el bienestar emocional y el rendimiento académico de los estudiantes. Materiales y métodos: Se adoptó un enfoque cualitativo, descriptivo y de campo. La muestra, seleccionada mediante un muestreo no probabilístico por conveniencia, estuvo compuesta por 70 estudiantes de sexto y séptimo grado, cuatro docentes y un psicólogo educativo. Las técnicas de recolección de datos incluyeron observación estructurada durante dos semanas y entrevistas semiestructuradas. El análisis de la información se realizó mediante categorización y codificación temática. Resultados: La observación identificó que el acoso verbal fue el más frecuente, seguido del acoso social; el acoso físico y psicológico fueron menos comunes pero de mayor gravedad. Las entrevistas a docentes revelaron que los agresores suelen presentar actitudes autoritarias, mientras que las víctimas muestran timidez, ansiedad y bajo rendimiento académico. El psicólogo educativo enfatizó en la necesidad de normas claras, apoyo emocional a las víctimas y prácticas restaurativas con los agresores. Discusión: Los hallazgos confirman que el acoso escolar, especialmente el verbal, es prevalente y repercute directamente en el clima del aula y el rendimiento académico. Se discute que las causas subyacentes incluyen la falta de valores en el hogar y un ambiente escolar permisivo. La efectividad de las estrategias de prevención se vincula con la intervención temprana, la participación familiar y el trabajo colaborativo de toda la comunidad educativa. Conclusiones: Se concluye que el acoso escolar en sus diversas modalidades afecta significativamente el desempeño académico y el bienestar estudiantil. Se determina que las estrategias de prevención más efectivas son integrales, e incluyen el establecimiento de normas claras, el abordaje restaurativo, el acompañamiento emocional y la corresponsabilidad de las familias.

Palabras clave: acoso escolar, estrategias de prevención, educación básica, rendimiento académico.

Abstract

Introduction: Bullying is a complex problem that violates the rights of children and adolescents, affecting their social and academic development. This research focused on analyzing bullying and prevention strategies among middle school students at the "Washington Pazmiño Vargas" Educational Unit. The study was based on the premise that the lack of prevention strategies and training in socio-emotional skills negatively impacts coexistence, emotional well-being, and academic performance of students. Materials and methods: A qualitative, descriptive, and field-based approach was adopted. The sample, selected through non-probability convenience sampling, consisted of 70 sixth- and seventh-grade students, four teachers, and one educational psychologist. Data collection techniques included structured observation over two weeks and semi-structured interviews. Data analysis was performed using categorization and thematic coding. Results: Observation identified verbal bullying as the most frequent form, followed by social bullying; physical and psychological bullying were less common but more severe. Interviews with teachers revealed that aggressors often exhibit authoritarian attitudes, while victims display shyness, anxiety, and poor academic performance. The educational psychologist emphasized the need for clear rules, emotional support for victims, and restorative practices with aggressors. Discussion: The findings confirm that bullying, especially verbal bullying, is prevalent and directly impacts the classroom climate and academic performance. It is discussed that underlying causes include a lack of values at home and a permissive school environment. The effectiveness of prevention strategies is linked to early intervention, family involvement, and collaborative work by the entire educational community. Conclusions: It is concluded that bullying in its various forms significantly affects academic performance and student well-being. It is determined that the most effective prevention strategies are comprehensive and include the establishment of clear rules, a restorative approach, emotional support, and shared responsibility among families.

Keywords: bullying, prevention strategies, basic education, academic performance.

Resumo

Introdução: O bullying é um problema complexo que viola os direitos de crianças e adolescentes, afetando seu desenvolvimento social e acadêmico. Esta pesquisa teve como foco a análise do bullying e das estratégias de prevenção entre alunos do Ensino Fundamental II da Unidade Educacional "Washington Pazmiño Vargas". O estudo partiu da premissa de que a falta de estratégias de prevenção e de treinamento em habilidades socioemocionais impacta negativamente a convivência, o bem-estar emocional e o desempenho acadêmico dos alunos. Materiais e métodos: Adotou-se uma abordagem qualitativa, descritiva e de campo. A amostra, selecionada por meio de amostragem por conveniência não probabilística, foi composta por 70 alunos do 6º e 7º ano, quatro professores e um psicólogo educacional. As técnicas de coleta de dados incluíram observação estruturada ao longo de duas semanas e entrevistas semiestruturadas. A análise dos dados foi realizada por meio de categorização e codificação temática. Resultados: A observação identificou o bullying verbal como a forma mais frequente, seguido pelo bullying social; o bullying físico e psicológico foram menos comuns, porém mais severos. As entrevistas com os professores revelaram que os agressores frequentemente exibem atitudes autoritárias, enquanto as vítimas demonstram timidez, ansiedade e baixo rendimento acadêmico. A psicóloga educacional enfatizou a necessidade de regras claras, apoio emocional para as vítimas e práticas restaurativas com os agressores. Discussão: Os resultados confirmam que o bullying, especialmente o bullying verbal, é prevalente e impacta diretamente o clima da sala de aula e o desempenho acadêmico. Discute-se que as causas subjacentes incluem a falta de valores em casa e um ambiente escolar permissivo. A eficácia das estratégias de prevenção está ligada à intervenção precoce, ao envolvimento da família e ao trabalho colaborativo de toda a comunidade educacional. Conclusões: Conclui-se que o bullying, em suas diversas formas, afeta significativamente o desempenho acadêmico e o bem-estar dos alunos. Determinou-se que as estratégias de prevenção mais eficazes são abrangentes e incluem o estabelecimento de regras claras, uma abordagem restaurativa, apoio emocional e responsabilidade compartilhada entre as famílias.

Palavras-chave: bullying, estratégias de prevenção, educação básica, desempenho acadêmico.

Recibido: 21/7/2025 Aprobado: 4/9/2025

Introducción

La convivencia escolar representa un componente esencial en el proceso de enseñanzaaprendizaje, puesto que el clima social en las instituciones educativas influye directamente en el bienestar emocional y el desempeño académico de los estudiantes. En este marco, escolar representa una inquietud social cada vez más presente (García et al., 2024), es una problemática compleja y persistente que vulnera los derechos fundamentales de los niños y adolescentes, afectando su desarrollo social y académico (Crespo, 2019). La falta de estrategias de prevención y formación en habilidades socioemocionales es un problema que causa la persistencia del acoso escolar e incide en la convivencia de los estudiantes en las instituciones educativas, al generar un impacto negativo en el bienestar emocional y el rendimiento académico de los estudiantes.

Varias investigaciones como las de Crespo (2019) y Chávez (2023), evidencian que el acoso escolar constituye un fenómeno de carácter sistemático y desigual, sustentado en varias modalidades y formas. Esta realidad demanda la implementación de estrategias de prevención para afrontar el acoso escolar, orientadas en promover una cultura de respeto, empatía y sana convivencia entre todos los individuos que conforman la comunidad educativa.

En consecuencia, esta investigación recopila distintas perspectivas sobre las múltiples formas que puede adoptar el acoso escolar. Por ejemplo, Autores como Barbecho (2022) y Embleton (2024) señalan que el acoso escolar incluye manifestaciones físicas, sociales, verbales, psicológicas y cibernéticas, las cuales afectan la autoestima, la salud mental y el rendimiento académico de las víctimas. Por ende, el presente estudio plantea como pregunta de investigación: ¿cuáles son las manifestaciones del acoso escolar en los estudiantes de básica media de la Unidad Educativa “Washington Pazmiño Vargas” y qué estrategias de prevención y control de factores de riesgo resultan más efectivas para abordarlo? En concordancia con ello, se establece como objetivo general analizar el acoso escolar y estrategias de prevención y control de factores de riesgo en los estudiantes de la Unidad Educativa “Washington Pazmiño Vargas”.

Los objetivos específicos se enfocan en: a) recopilar información a partir de fuentes bibliográficas sobre el acoso escolar en el entorno educativo y las estrategias destinadas a su prevención, B) identificar conductas de acoso escolar presentes en los estudiantes de sexto y séptimo grado de educación básica media, C) examinar las formas y modalidades de acoso escolar que inciden en el rendimiento académico de los estudiantes, y d) determinar estrategias de prevención para enfrentar el acoso escolar en los estudiantes.

Acoso escolar

Crespo (2019) menciona que se considera acoso a cualquier comportamiento agresivo en el que una persona daña a otra aprovechando su superioridad física, jerárquica, social o intelectual, creando así una dinámica de violencia desigual y opresiva.

El Ministerio de Educación del Ecuador (2014), define al acoso escolar como un acto agresivo, deliberado o por negligencia, que se da entre miembros de la comunidad educativa, tales como estudiantes, profesores, familias o personal administrativo, que puede ocurrir dentro de las instituciones educativas o en espacios asociados a ellas, como los alrededores de la escuela o sitios donde se lleven a cabo actividades complementarias.

El acoso escolar, de acuerdo con Chávez (2023), es una dinámica social basada en el abuso de poder, que se manifiesta a través de conductas agresivas y dañinas, que afectan a todos los involucrados como la víctima, el agresor e incluso los espectadores que buscan mantener o modificar relaciones de dominación, ya sea de un individuo o un grupo sobre otro, tanto dentro como fuera del entorno educativo.

Por su parte, Barbecho (2022), Lazo et al., (2022) y Embleton (2024) manifiestan que el acoso escolar, también llamado “bullying”, es un tipo de violencia intencional y repetitiva que ocurre dentro del ámbito educativo; que puede ser de forma física, verbal, psicológica o incluso a través de medios digitales como el ciberacoso, que en general se caracterizan por un desequilibrio de poder entre la víctima y el agresor.

Físico. El acoso físico consiste en usar la fuerza corporal o elementos externos para causar daño, generar miedo o ejercer control sobre otro, que puede abarcar acciones como romper o robar las cosas de la persona afectada (Laguna & García, 2022; Cuadros & Bonifaz, 2023; Marshall, 2024). Las formas físicas de acoso son ampliamente reconocidas en la literatura actual como cualquier tipo de contacto corporal entre el agresor o los agresores y la víctima (Torres et al., 2019).

Sel acoso físico se distingue por involucrar contacto corporal entre compañeros, incluyendo acciones como patadas, golpes, mordidas, jalones de cabello o zancadillas, cuya violencia puede provocar consecuencias serias en quienes lo sufre (Ramírez, 2016; Meza et al., 2021). En síntesis, el acoso físico es una forma de violencia explícita, con efectos tanto inmediatos como a largo plazo, que requiere atención urgente mediante prevención, intervención y medidas pertinentes para proteger a las víctimas.

Social. Fernández (2024) sostienen que el acoso social es una forma de maltrato que ocurre de manera indirecta y tiene como objetivo dañar las relaciones sociales o la reputación de una persona. Torres et al. (2019) agregan que, el acoso social, suele hacer referencia a situaciones en las que los agresores emplean métodos indirectos para excluir a sus víctimas de actividades, difundir rumores sobre ellas o influir en otros estudiantes para que las ignoren, prácticamente implica excluir y apartar a las víctimas por motivos relacionados con sus diferencias socioculturales (Meza et al., 2021). En definitiva, el acoso social es un mecanismo de agresión sutil pero profundamente nocivo, que erosiona el sentido de pertenencia y la autoestima de las víctimas.

Verbal. El acoso verbal se define como cualquier situación en la que se emplea agresión oral o gestual con la intención de amenazar o causar daño a una víctima (Torres et al., 2019). El acoso verbal se exterioriza a través del uso de expresiones ofensivas, como apodos, comentarios discriminatorios o racistas, basados en la condición económica o características físicas de la persona, con la intención de humillarla o hacerla sentir mal (Fernández et al., 2021; Meza et al., 2021).

A diferencia de otras formas de acoso, el verbal deja huellas psicológicas profundas, aunque no sea físico, debido a que ataca directamente la autoestima y el bienestar emocional de los estudiantes. Por ende, su incidencia puede ser igual o más devastadora que otras modalidades de violencia, especialmente cuando se normaliza en entornos escolares.

Psicológico. Meza et al. (2021) afirman que el acoso psicológico se fundamenta en generar intimidación, temor, aislamiento, desconfianza y una disminución de la autoestima en la víctima. Maquera et al. (2022) suguiere que el acoso psicológico también es conocido como hostigamiento moral o violencia psicológica, como forma de maltrato que se caracteriza por conductas intencionadas, repetidas y metódicas destinadas a dañar emocional o mentalmente a una persona. Este tipo de acoso, según Morales, (2024) también incluye acciones que generan lo que se conoce como indefensión aprendida, que nace de una amenaza constante, el aislamiento y una agresión continua por parte de quien ejerce una actitud de superioridad.

El acoso psicológico se diferencia del físico o verbal por su naturaleza discreta y menos visible, debido a que las otras formas de acoso dejan señales más obvias. El acoso psicológico actúa de manera solapada, complicando su detección y reconocimiento (Lazo et al., 2022). No obstante, el daño que provoca no es menos severo, pudiendo ocasionar afectaciones emocionales intensas y permanentes en quienes lo padecen.

Ciberacoso. Cortés (2020) subraya que el ciberacoso o ciberbullying, es una forma de agresión intencional y repetida que refleja una desigualdad de poder, empleando plataformas digitales como redes sociales, correos electrónicos, mensajería instantánea o dispositivos móviles con el fin de perjudicar a la víctima. En cambio, en palabras de Guandinango et al (2025), el ciberacoso, facilitado por las plataformas digitales, implica agresiones como mensajes hostiles, difusión de información íntima o perfiles falsos. Su naturaleza ubicua y anónima exacerba el daño emocional, con efectos que perduran incluso después de cesar el hostigamiento.

En conclusión, el ciberacoso es una forma de violencia digital que se manifiesta a través de agresiones intencionales y repetidas, aprovechando el desequilibrio de poder y el anonimato que brindan las plataformas en línea como lo son las redes sociales, a las cuales todos tienen acceso.

Estrategias de prevención del acoso escolar

Baquerizo y López (2021) enfatizan que la ausencia de estrategias de prevención para gestionar de manera efectiva el comportamiento de los estudiantes en el entorno social dentro del establecimiento educativo impide un seguimiento continuo de su formación y valores, dificultando la promoción del respeto entre compañeros, que repercute en la repetición constante de conductas negativas entre quien acosa y quien es víctima.

Baquerizo y López (2021) sostienen que, con el fin de prevenir el acoso escolar en la educación primaria, se diseñan e implementan estrategias orientadas a anticipar conductas disruptivas y violentas dentro de los centros educativos. Para lograrlo, es importante la implicación de toda la comunidad educativa, con el objetivo de lograr una prevención efectiva a través de un modelo de gestión y la definición de lineamientos que orienten la actuación ante situaciones inapropiadas.

Por su parte, Moreno (2016) plantea que, entre las estrategias para prevenir el acoso en el ámbito escolar, se deberían implementar normas claras dentro del aula, asignar responsabilidades a los alumnos implicados en conflictos y crear espacios de diálogo donde se aborden temas relacionados con la resolución de problemas y la convivencia escolar. En tal sentido, se deben implementar lineamientos con objetivos claros y medibles orientados a la reducción progresiva del acoso escolar en las instituciones educativas, transformándolas en espacios seguros que prioricen el aprendizaje y erradiquen cualquier manifestación de acoso en las instituciones educativas.

Guandinango et al (2025) refuerza que las estrategias para prevenir y abordar el acoso escolar en Ecuador deben basarse en un enfoque integral que involucre a toda la comunidad educativa. Por tal motivo, Guandinango et al (2025) suguiere capacitar al personal docente en la detección y manejo del acoso, establecer políticas claras de intervención y fomentar un ambiente de respeto e inclusión. También es relevante integrar la educación emocional y social en el currículo, promoviendo la empatía, la resolución de conflictos y la autoconsciencia entre los estudiantes.

Espinoza y Salcedo (2024) afirman que la prevención del acoso escolar se fortalece en entornos educativos que fomentan las relaciones respetuosas y el apoyo emocional entre estudiantes, docentes y personal escolar. Además, Espinoza y Salcedo (2024) opinan que la coordinación entre el aula, la comunidad educativa y las familias facilita la aplicación de estrategias preventivas, promoviendo una cultura escolar inclusiva, segura y libre de violencia.

Por último, Carhuas et al. (2023) enfatizan que el modelo socioafectivo es una estrategia preventiva que trasciende la enseñanza académica tradicional debido a que incorpora el desarrollo emocional para promover la empatía. El autor considera que la prevención del acoso se vuelve más efectivo al implementar el modelo socioafectivo en el aula, con el respaldo de toda la comunidad para impulsar la colaboración que contribuya a resolver conflictos y asumir roles de liderazgo que favorezcan una educación amena.

Con base a lo expuesto anteriormente, se puede afirmar que las estrategias más efectivas para prevenir el acoso escolar el acoso escolar, de acuerdo con los autores consultados, son aquellas que combinan normas claras, educación emocional, participación de la comunidad y un enfoque colaborativo. Solo mediante la articulación de estas estrategias se logra una prevención real, en la que se promueva una convivencia escolar basada en el respeto y la empatía entre todos los integrantes de la comunidad educativa.

Materiales y métodos

La presente investigación adoptó un enfoque cualitativo, orientado a interpretar las experiencias, percepciones y comportamientos de los actores educativos involucrados, dentro de su contexto natural. Se empleó la modalidad de investigación de campo, puesto que se la recolección de datos se efectuó directamente en el espacio donde se manifiestan los hechos, favoreciendo un contacto directo con la realidad investigada. Asimismo, la investigación se caracterizó por emplear el método descriptivo, dado que se centró en observar y registrar las conductas relacionadas con el acoso escolar, así como las estrategias destinadas a su prevención.

La población estuvo constituida por 200 estudiantes de básica media, 18 docentes, tres autoridades y el psicólogo educativo del Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) la Unidad Educativa “Washington Pazmiño Vargas”, ubicada en San Vicente del Búa, vía Chone, km 9+30. La muestra se seleccionó bajo el muestreo no probabilístico por conveniencia, estuvo conformada por 70 estudiantes (38 de sexto y 32 de séptimo grado), cuatro docentes de básica media y el psicólogo educativo del DECE.

La selección de la muestra respondió a criterios de accesibilidad, considerando que la investigadora formó parte del plantel docente durante el periodo lectivo 2024-2025. Asimismo, se eligió a los docentes por su vínculo cotidiano y constante con los estudiantes, y al psicólogo educativo por su competencia profesional para abordar problemáticas de acoso escolar.

Para la recolección de información se utilizaron técnicas de observación y entrevista. La observación se llevó a cabo a lo largo de dos semanas de clases, mediante una ficha de observación estructurada, orientada a identificar conductas asociadas al acoso escolar en los estudiantes. Si bien se procuró mantener la naturalidad de las actividades escolares, se reconoce que la presencia de la investigadora pudo influir, en cierta medida, en el comportamiento de los estudiantes observados.

Por otra parte, se aplicaron entrevistas semiestructuradas con una guía de nueve preguntas abiertas a dos docentes de educación básica, con el propósito de examinar las formas y modalidades de acoso escolar percibidas, así como su incidencia en el desempeño académico de los estudiantes. De igual manera, se entrevistó al psicólogo educativo para determinar las estrategias de prevención vigentes o recomendadas para abordar esta problemática en la institución. Como complemento, se efectuó una revisión bibliográfica rigurosa, recurriendo a fuentes académicas y científicas, a fin de fundamentar teóricamente contenidos sobre el acoso escolar y estrategias de prevención en el contexto educativo. Por último, el análisis de la información recolectada se realizó mediante la técnica de categorización y codificación temática, propia del enfoque cualitativo, tal como lo explica Varela (2021). Posteriormente, se establecieron relaciones entre los hallazgos y los fundamentos teóricos revisados, para fundamentar la discusión de los resultados.

Resultados

Resultados de las observaciones a los estudiantes de sexto y séptimo grado de educación básica media entorno a la identificación de conductas de acoso escolar.

Tabla 1 Conductas de acoso escolar

N.º

Tipo de acoso

Conducta observada

Frecuencia

Intensidad

Contexto

1

Físico

Empujones, golpes, daño a pertenencias

3 veces

Moderada

Patio, aula

2

Verbal

Insultos, apodos ofensivos

7 veces

Leve

Aula, patio

3

Social

Exclusión deliberada, risas y complicidad de espectadores

4 veces

Grave

Clase de Educación Física, aula

4

Psicológico

Amenazas, Chantaje, miradas intimidatorias

2 vez

Grave

Patio

Fuente: Elaboración propia.

La Tabla 1 evidencia las conductas observadas de los estudiantes dentro de la instrucción educativa. Se percibió que el acoso verbal es el más frecuente, manifestado en insultos y apodos, seguido del acoso social, que se caracterizó por exclusión y complicidad grupal, particularmente en clases de Educación Física. Aunque el acoso físico y psicológico fueron menos comunes, se presentan con mayor gravedad, concentrándose principalmente en espacios poco supervisados como el patio.

Los comportamientos observados en los estudiantes de educación media, independientemente de su clasificación como graves o leves según el contexto, deben ser considerados como acciones disruptivas por su incidencia negativa en la convivencia escolar. Las conductas observadas, que van desde el acoso verbal hasta la exclusión social, comprometen significativamente la integridad emocional de los afectados y alteran el clima de aprendizaje en las aulas.

Resultados de las entrevistas realizadas a los docentes de educación básica de la Unidad Educativa “Washington Pazmiño Vargas”, enfocadas en examinar las formas y modalidades de acoso escolar que afectan el rendimiento académico de los estudiantes.

1. El acoso escolar

Los docentes entrevistados mencionaron que el acoso escolar se manifiesta como una forma de violencia sistemática entre pares, que puede ser de carácter físico, verbal, psicológico o social, y se distingue por su repetición en el tiempo y por el desequilibrio de poder entre agresor y víctima. Entre las formas más comunes que ellos han evidenciado están los insultos, burlas, apodos ofensivos, golpes entre compañeros disfrazados de juegos.

2. Factores desencadenantes del acoso escolar

Los docentes creen que, a nivel familiar, la falta de corrección en el hogar, la carencia de principios y valores, así como la ausencia de compromiso con normas de convivencia pueden ser producir situaciones de acoso. Dentro de la escuela también hay desencadenantes como la indisciplina, la falta de supervisión docente y un ambiente permisivo frente a la violencia.

3. Características del agresor y de la víctima

Los educadores mencionaron rasgos comunes en los estudiantes que ejercen acoso escolar, tales como actitudes autoritarias, agresividad, vocabulario ofensivo, desafío a la autoridad, e incluso la creencia de impunidad o sentirse “intocables”. Por otro lado, las víctimas presentan signos como timidez, nerviosismo, ansiedad, llanto frecuente, baja autoestima, aislamiento social, y falta de motivación para asistir a clases. Algunos docentes recalcaron que estos cambios pueden ser sutiles, por lo que siempre deben estar atentos a cualquier tipo de señal o índice de acoso.

5. Incidencia en el rendimiento académico

Todos los testimonios de los docentes concuerdan en que el acoso escolar tiene un impacto directo en el rendimiento académico del estudiante. En su experiencia como educadores han visto que las principales áreas del aprendizaje afectadas son la comprensión lectora, la expresión oral, la resolución de problemas matemáticos, y en general, la participación en clase, debido a que las víctimas de acoso experimentan dificultades para concentrarse, falta de seguridad para expresarse, y un descenso notable en su desempeño debido al estrés y el temor constante a ser agredidos.

6. Efecto sobre el clima escolar

Finalmente, todos los docentes entrevistados expresaron que la presencia de acoso escolar deteriora gravemente el ambiente del aula, pues con frecuencia genera un clima de inseguridad, desconfianza y tensión constante, que no solo puede afectar a la víctima, sino también a los demás estudiantes que, al presenciar las situaciones de acoso, pueden desarrollar miedo a intervenir o a ser las próximas víctimas.

Resultados de la entrevista al psicólogo educativo del DECE de la Unidad Educativa “Washington Pazmiño Vargas” sobre estrategias de prevención del acoso escolar

  1. Señales de comportamiento para identificar el acoso escolar: El psicólogo menciona que los docentes deben observar comportamientos de superioridad en los estudiantes agresores, como la necesidad de ejercer control, imponerse como “jefe” del grupo y exigir obediencia de sus compañeros.
  2. Procedimiento recomendado ante un caso de acoso: El entrevistado sugiere entrevistar a los estudiantes involucrados para conocer la situación, convocar a los padres de familia a reuniones de diálogo, y firmar actas de compromiso entre las partes como medida inmediata.
  3. Estrategias para fomentar un clima de respeto y empatía: El especialista recomienda establecer reglas claras desde el inicio, evitando permitir conductas inapropiadas que los estudiantes puedan traer de casa.
  4. Apoyo emocional a víctimas sin revictimización: El especialista enfatiza que se debería escuchar atentamente a la víctima, evitar preguntas innecesarias, y mantenerlo integrado a las actividades cotidianas sin exponerlo de manera negativa.
  5. Acciones pedagógicas con los agresores: Más allá de sanciones, el psicólogo cree conveniente trabajar con los estudiantes agresores a través de círculos restaurativos para promover el diálogo y la reflexión.
  6. Involucrar a los estudiantes como aliados en la prevención: El especialista en psicología recomienda incentivar a los estudiantes a asumir roles de liderazgo en actividades como charlas motivacionales y campañas de sensibilización sobre los diferentes tipos de violencia.
  7. Comunicación con las familias: El especialista menciona la importancia de una comunicación empática y clara, estableciendo acuerdos y compromisos durante las reuniones para evitar conflictos.
  8. Recursos y actividades para la prevención del acoso escolar:Entre las estrategias sugeridas por el especialista están: charlas preventivas, juegos cooperativos, exposiciones, casas abiertas temáticas y círculos de prevención.
  9. Manejo del estrés docente ante casos de acoso: El psicólogo aconseja a los docentes mantener la calma, seguir los protocolos establecidos rutas de actuación, y realizar actividades de descarga emocional para evitar el desgaste profesional.

Discusión

Los resultados de los distintos instrumentos utilizados en esta investigación muestran una alta incidencia respecto a la presencia, formas y consecuencias del acoso escolar. La observación a los estudiantes evidenció la presencia de diversas formas de acoso escolar, entre ellas el acoso físico, verbal, social y psicológico, siendo el acoso verbal el más frecuente en el nivel de educación básica. Este hallazgo coincide con el estudio de Guandinango (2025), al encontrar que el 30% de los estudiantes en las instituciones educativas son afectados por este tipo de acoso. Es común que los estudiantes utilicen expresiones fuera de contexto que, aunque no siempre son intencionadas, pueden dañar la integridad de sus compañeros y, por tanto, deben considerarse formas de acoso escolar.

Los docentes entrevistados coincidieron en que las formas de acoso escolar observadas en el aula son situaciones recurrentes dentro de su práctica pedagógica. Esta problemática representa un desafío relevante en la sociedad actual, al incidir en la salud mental y el bienestar emocional de los estudiantes (Espinoza & Salcedo, 2024).

Por otro lado, las causas del acoso escolar, según los docentes, están vinculadas a la falta de valores y límites en el entorno familiar, así como a un ambiente escolar permisivo y con escasa supervisión adulta. En concordancia, el psicólogo del DECE recalcó que estas conductas pueden surgir de la necesidad de algunos estudiantes de ejercer dominio sobre sus compañeros, especialmente cuando no existen normas claras desde el inicio del año escolar. En este sentido, Hamodi y Jiménez (2018) plantean que los docentes deben estar siempre preparados para enfrentar el acoso debido a que la escuela es como un segundo hogar para los estudiantes, donde pasan gran parte de su tiempo conviviendo con otros. Por eso, más allá de prevenir, es necesario que existan acciones claras para detectar e intervenir cuando el acoso se presenta.

En cuanto a los rasgos de agresores y víctimas, los tres instrumentos utilizados coincidieron en que quienes ejercen el acoso suelen presentar comportamientos autoritarios, buscan controlar al grupo y muestran una aparente impunidad frente a la autoridad. Según Meza et al. (2021), este tipo de agresores manifiestan conductas intimidatorias que pueden escalar hacia actos delictivos, guiados por el deseo de estatus social, manipulando a otros y aprovechándose de los más vulnerables. En contraste, las víctimas tienden a evidenciar señales como timidez, ansiedad y un bajo rendimiento académico. Hamodi y Jiménez (2018) indican que los estudiantes que sufren acoso escolar suelen reaccionar con una actitud de pasividad o resignación, aunque en algunos casos intentan escapar del problema utilizando estrategias que no resultan efectivas para detener el abuso. Estas características también fueron observadas en el aula, donde algunos estudiantes afectados mostraban poco interés en participar y se aislaban de sus compañeros, lo que sin duda alguna se plasmaba de forma negativa en su rendimiento en las actividades académicas.

Respecto a la afectación del rendimiento académico, tanto docentes como el psicólogo coincidieron en que el acoso escolar afecta el proceso de aprendizaje. Las víctimas suelen presentar dificultades para concentrarse, expresarse oralmente y resolver tareas académicas, debido al miedo y la pérdida de confianza en el entorno escolar, tal como explican (Ávila, 2023). Esta afección evidenciada en el aula no solo incide en el desempeño individual, sino también en el clima general del aula, al producirse un ambiente de inseguridad que afecta tanto a víctimas como a observadores pasivos, quienes según Barbecho (2022) y Embleton (2024), temen intervenir por miedo a represalias, convirtiéndolos en cómplices indirectos del acoso.

Finalmente, la entrevista con el psicólogo educativo del DECE dejo en evidencia que la prevención del acoso escolar requiere de una intervención temprana, basada en la observación de señales de comportamiento, el trabajo colaborativo con las familias y el fortalecimiento de un ambiente de respeto dentro del aula. Moreno (2016) y Bravo (2024) aluden que la prevención del acoso requiere establecer reglas firmes y mecanismos de control tanto en el hogar como en el aula. La implicación de las familias y una buena convivencia escolar son aspectos inseparables que contribuyen tanto al bienestar de los estudiantes como a su desempeño académico (Bueno, Monge, & Torrego, 2023).

Espinoza y Salcedo (2024) sostienen que la colaboración entre docentes, autoridades escolares, estudiantes y familias facilita la implementación de estrategias preventivas contra el acoso escolar, contribuyendo además a crear un entorno educativo seguro e inclusivo. En definitiva, el apoyo de toda la comunidad educativa es importante para prevenir el acoso escolar en todas sus formas y modalidades, puesto que el trabajo en equipo incrementa la efectividad de las medidas de prevención contra el acoso escolar.

Conclusiones

La recopilación de información bibliográfica mostró que el acoso escolar en el entorno educativo constituye una situación delicada caracterizada por conductas agresivas de naturaleza física, verbal, social, psicológica y digital, las cuales generan desequilibrios de poder entre agresores y víctimas. También se encontró que las estrategias de prevención del acoso escolar son el medio más eficaz para enfrentarlo, al resultar indispensables para conservar un ambiente de aula saludable y estable, que sea ´propicio para el desarrollo del aprendizaje. En los estudiantes de sexto y séptimo grado la Unidad Educativa “Washington Pazmiño Vargas” se identificaron conductas de acoso escolar de tipo verbal, social, físico y psicológico. El acoso verbal fue el que más se repitió entre los estudiantes, pero los casos de acoso físico y psicológico, fueron los menos comunes y ocurrieron principalmente en momentos o espacios donde había poca supervisión de los adultos.

Las formas y modalidades de acoso escolar mencionadas por los docentes inciden de manera directa en el rendimiento académico de las víctimas, debido a que provocan ansiedad, aislamiento y desmotivación en los estudiantes que son víctimas de acoso, con frecuencia estas condutas perjudican al estudiante entono a la participación en clase y el desempeño general en las actividades académicas. Las estrategias de prevención propuestas por el profesional en psicología educativa se orientan en la aplicación de normas claras, el abordaje restaurativo con los agresores, el acompañamiento emocional a las víctimas y la participación de las familias y estudiantes. Las acciones que sugiere el profesional se orientan enfrentar el acoso escolar de forma integral y mejorar el clima escolar, por lo cual los docentes las deberían considerar y aplicar con la finalidad de evitar el acoso dentro y fuera de las aulas de clases.

Referencias

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Barbecho, M. (2022). Consecuencias psicológicas del acoso escolar en víctimas adolescentes de 13 a 18 años: revisión bibliográfica sistemática [Tesis de pregrado, Universidad del Azuay]. Repositorio UDA. https://dspace.uazuay.edu.ec/bitstream/datos/12423/1/17950.pdf

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Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Declaración de responsabilidad de autoría

Los autores del manuscrito señalado, DECLARAMOS que hemos contribuido directamente a su contenido intelectual, así como a la génesis y análisis de sus datos; por lo cual, estamos en condiciones de hacernos públicamente responsable de él y aceptamos que sus nombres figuren en la lista de autores en el orden indicado. Además, hemos cumplido los requisitos éticos de la publicación mencionada, habiendo consultado la Declaración de Ética y mala praxis en la publicación.

Iliana Magali Alcívar Solorzano y Víctor Efrén Alcívar Calderón: Proceso de revisión de literatura y redacción del artículo.