Maestro y Sociedad e-ISSN 1815-4867

Volumen 22 Número 1 Año 2025

Artículo original

Trascendencia de la filosofía spinociana en la teoría de la cognición corporizada

Significance of Spinocian philosophy in the theory of embodied cognition

Significado da filosofia espinociana na teoria da cognição incorporada

Ivon Sosa Piedra *, https://orcid.org/0000-0003-0467-6182

Universidad de Valparaíso, Chile

*Autor para correspondencia. email ivon.sosa@postgrado.uv.cl

Para citar este artículo: Savón Palacios, I., Pérez Labrada, B. R. y García Pérez, N. (2025). Aplicación educativa para la introducción a la asignatura Enfermería Ginecobstétrica. Maestro y Sociedad, 22(1), 58-67. https://maestroysociedad.uo.edu.cu

RESUMEN

Introducción: Al abordar el valor de la filosofía espinociana para la comprensión de la teoría de la cognición corporizada, se pretende aproximarnos ante todo las premisas de las que parte el autor como ente pensante del siglo XVII. Las características esenciales de su sistema filosófico y su ética, contribuyen a explicitar cómo la teoría de la cognición corporizada es heredera de su pensamiento filoético. Materiales y métodos: Se ha partido de un sistemático y profundo estudio epocal y bibliográfico, que comprende las lecturas de la obra clásica de Baruch Spinoza. Para esclarecer las intenciones del trabajo emprendido, se han analizado diversos estudios asociados a la cognición social, en particular la teoría de la cognición corporizada que dan cuenta de su conexión. Resultados: El siglo XVII es un siglo de dimensiones cerradas, de sistemas cuya estructura incluye una multiplicidad de cuerpos teóricos diferentes presididos por la gnoseología, la lógica o la unidad ontología-ética-antropología. Las concepciones acerca de la sociedad y la humanidad tuvieron como punto de partida la investigación del individuo y la necesidad de convertir en racional el mundo, o sea renovarlo y conservarlo cambiado eternamente. Desde esta perspectiva las ciencias adquieren un verdadero sentido al ponerse al servicio del hombre. Discusión:El siglo se define como el siglo de la metafísica, estableciéndose como muralla invisible la mecánica de Newton. La filosofía adjudica un valor universal social y técnico a todas sus doctrinas o sea todas la corrientes filosóficas se valoran como productoras de un sistema absoluto y definitivo de verdades incuestionables sobre la realidad. Conclusiones: En este contexto, las posiciones filosóficas son absolutas y extremas, debido a que los filósofos son racionalistas o empiristas; y materialistas o idealistas. Desde la teoría gnoseológica, el siglo hereda lo mejor del pensamiento renacentista a partir de estas perspectivas absolutas y desarrolla la concepción moderna del sistema filosófico.

Palabras clave: Filosofía en Spinoza, cognición corporizada, cognición.

Abstract

Introduction: In addressing the value of Spinoza's philosophy for understanding the theory of embodied cognition, we aim first of all to approach the premises from which the author as a thinking being of the 17th century starts. The essential characteristics of his philosophical system and his ethics contribute to explaining how the theory of embodied cognition is heir to his philoethical thought. Materials and methods: We have started from a systematic and in-depth epochal and bibliographical study, which includes readings of the classic work of Baruch Spinoza. In order to clarify the intentions of the work undertaken, we have analyzed various studies associated with social cognition, in particular the theory of embodied cognition that account for their connection. Results: The 17th century is a century of closed dimensions, of systems whose structure includes a multiplicity of different theoretical bodies presided over by gnoseology, logic or the ontology-ethics-anthropology unit. Concepts about society and humanity had as their starting point the investigation of the individual and the need to make the world rational, that is, to renew it and keep it eternally changed. From this perspective, science acquires a true meaning when it is placed at the service of man. Discussion:The century is defined as the century of metaphysics, establishing Newton's mechanics as an invisible wall. Philosophy assigns a universal social and technical value to all its doctrines, that is, all philosophical currents are valued as producers of an absolute and definitive system of unquestionable truths about reality. Conclusions: In this context, philosophical positions are absolute and extreme, because philosophers are rationalists or empiricists; and materialists or idealists. From the gnoseological theory, the century inherits the best of Renaissance thought from these absolute perspectives and develops the modern conception of the philosophical system.

Keywords: Philosophy in Spinoza, embodied cognition, cognition.

Resumo

Introdução: Ao abordar o valor da filosofia de Spinoza para a compreensão da teoria da cognição incorporada, pretendemos, sobretudo, aproximar-nos das premissas das quais o autor parte como ser pensante do século XVII. As características essenciais de seu sistema filosófico e de sua ética contribuem para explicar como a teoria da cognição incorporada é herdeira de seu pensamento filoético. Materiais e métodos: Partimos de um estudo bibliográfico e epocal sistemático e aprofundado, que inclui leituras da obra clássica de Baruch Spinoza. Para esclarecer as intenções do trabalho realizado, foram analisados vários estudos associados à cognição social, em particular a teoria da cognição incorporada que explica sua conexão. Resultados: O século XVII é um século de dimensões fechadas, de sistemas cuja estrutura inclui uma multiplicidade de diferentes corpos teóricos presididos pela gnoseologia, pela lógica ou pela unidade ontologia-ética-antropologia. As concepções sobre sociedade e humanidade tiveram como ponto de partida a investigação do indivíduo e a necessidade de tornar o mundo racional, isto é, renová-lo e mantê-lo eternamente modificado. Nessa perspectiva, a ciência adquire verdadeiro sentido quando é colocada a serviço do homem. Discussão:O século é definido como o século da metafísica, estabelecendo a mecânica de Newton como um muro invisível. A filosofia atribui um valor social e técnico universal a todas as suas doutrinas, ou seja, todas as correntes filosóficas são valorizadas como produtoras de um sistema absoluto e definitivo de verdades inquestionáveis sobre a realidade. Conclusões: Neste contexto, as posições filosóficas são absolutas e extremas, porque os filósofos são racionalistas ou empiristas; e materialistas ou idealistas. Da teoria epistemológica, o século herda o melhor do pensamento renascentista a partir dessas perspectivas absolutas e desenvolve a concepção moderna do sistema filosófico.

Palavras-chave: Filosofia em Spinoza, cognição incorporada, cognição.

Recibido: 15/10/2024 Aprobado: 20/12/2024

Introducción

La renovación en todas las formas de la conciencia social, a través del humanismo renacentista primero y más tarde en sus vertientes racionalista y empirista, acompañó este proceso en todos los países de Europa. La revolución científica, tiene cuatro factores condicionantes de primer orden: progreso del capitalismo en Europa como un todo orgánico, desarrollo de la industria, nuevos descubrimientos geográficos de importancia económica y científica, y existencia de la imprenta, los cuales redondean el análisis realizado en El Capital por Marx. No hubo ciencia que no experimentara una transformación radical de sus métodos, su objeto de estudio y el cuadro consiguiente del mundo.

En esta época se van a consolidar dos procesos decisivos en la historia europea íntimamente unidos: la acumulación originaria de capital y la primera revolución científica global. Al primero se refiere Marx, como una sucesión de etapas centradas en diferentes países de Europa que culmina en Inglaterra a fines del siglo, con el acuerdo entre las instituciones políticas y la legislación vigente y las nuevas relaciones económicas. Alemania, considerablemente atrasada desde el punto de vista económico, aportó sin embargo la Reforma, que dotó al cristianismo de una modalidad típicamente burguesa. La repercusión de la ciencia moderna en la formación de los nuevos problemas y métodos de la filosofía. En su Prefacios a la Crítica de la razón pura, Inmanuel Kant plantea lo que sería el preludio a su “revolución copernicana” por caminos diferentes, al siglo que le precede, al comprender que el racionalismo y el empirismo han arribado a una misma conclusión, el fracaso de la metafísica.

Ante este fracaso, el siglo XVII considerado el siglo del método del conocimiento racionalista o empirista, se propone rectificar este problema desde la filosofía y vinculado a las ciencias y su desarrollo. En el sucederse de estos dos sistemas, sus mutuos ataques, sus contradicciones con la realidad histórica en general y con las ciencias en particular demostraran que, pese a la diferencia de enfoques, los descubrimientos y aportes gnoseológicos realizados por cada una de estas dos corrientes, ambas van resultar incapaces de resolver los problemas que se plantean al partir de una postura justificable para la época metafísica. Por ello, se llama a este siglo el siglo de la metafísica, con ella se llegan las ideas y teorías geniales que hoy son la base para la solución de viejos y nuevos problemas de un milenio, alejado en el tiempo, pero cercano por la magnitud de procesos que debe enfrentar el hombre, tal cual lo hicieron los ideólogos del XVII que han sido continuados en los siglos precedentes.

Se pretende abordar las premisas teóricas y científico-naturales del siglo XVII, la obra de Spinoza y otros autores contemporáneos como Descartes, Bacon, Hobbes, Locke y Leibniz. En particular, las premisas del valor de la filosofía espinociana que contribuyen a la comprensión de la teoría de la cognición corporizada. Con el propósito de identificar las características esenciales de su sistema filosófico y su ética, que permiten explicitar cómo la teoría de la cognición corporizada es heredera de su pensamiento filoético.

Materiales y métodos

Siguiendo el hilo conductor de las premisas teóricas de las obras de Descartes, Bacon, Hobbes, Locke, Leibniz y Spinoza, así como de un abordaje de diferentes estudiosos de la etapa se utilizó la técnica de revisión bibliográfica. En tanto, para esclarecer y desarrollar las intenciones del trabajo emprendido, se han analizado diversos estudios asociados a la cognición social, en particular la teoría de la cognición corporizada, que dan cuenta de su conexión utilizando los métodos de inductivo-deductivo.

Resultados

El siglo XVII abriendo el camino a la cognición empirista o racionalista del sujeto desde la filosofía y la ciencia

En el siglo XVIII e inicios del XIX, Kant, limitando al plano teórico su crítica, no desentraña los motivos que conducen a tales errores. No obstante, sí tiene el mérito universalmente reconocido, de haberlos penetrado con agudeza, para encausar por un nuevo rumbo las investigaciones filosóficas. Esta premisa de continuidad y superación parte de el último pensador del XVII, Leibniz quien es el primero, que intenta una síntesis del racionalismo y el empirismo pues, como uno de los pensadores geniales del siglo comprende tras la lectura del Ensayo sobre el entendimiento humano, que la línea iniciada por Descartes, explorada y abordada bajo sus propios términos por Spinoza, combatida por Pascal y en suma, influyente en todos los filósofos de la época necesita serias y urgentes reformas, so pena de desembocar en una crisis cuyos límites le resultan empero, imposibles de precisar. Es así, el primero, que intenta una síntesis del racionalismo y el empirismo, que si bien no logra sus propósitos crea un sistema original y atrevido en la finiquitud del XVII.

Justamente el siglo es también el de la gnoseología, donde desde las dos contrapuestas posturas gnoseológicas del empirismo y el racionalismo. En conjunción con los avances de la ciencia del naciente capitalismo industrial se intenta poner al servicio de este a la filosofía a su gnoseología, su política, su ética en conjunción con la ciencia. Estas dos tendencias que en el pensamiento científico-natural de la época, influyen decisivamente en el tratamiento filosófico del problema del hombre. El mecanicismo y el organicismo, característicos del enfoque del inicio propio de las ciencias de nivel empírico, que tienden a absolutizar uno u otro aspecto de la organización de la naturaleza.

La primera, impulsada por las necesidades técnicas de la producción capitalista, concibió la naturaleza y cada uno de sus fenómenos, materiales y espirituales, como una máquina cuyas partes interactuaban de forma externa, a partir de acciones y reacciones. La geometría analítica dió una expresión matemática acabada a dicha concepción. De ahí el lugar del método analítico-deductivo en las doctrinas influidas por el mecanicismo, alcanza su máxima expresión a fines del siglo XVII con la formación del sistema newtoniano. Síntesis de más de dos siglos de progresivos descubrimientos y que vertebró con solidez estructural y de principios todas las variantes del movimiento mecánico y las propiedades de los fenómenos sujetos al mismo.

La segunda tendencia, el organicismo, no afianzaría sus observaciones sobre bases experimentales rigurosas hasta la segunda mitad del siglo XVII, con el estudio al microscopio de los organismos vivientes. Con anterioridad sin embargo, a pesar de basarse en una interesante combinación de observaciones empíricas nada carentes de cientificidad, de especulación mágica incluso, y de asimilación de doctrinas de la Antigüedad. Plenas de dialéctica espontánea, múltiples concepciones sobre la relación entre la naturaleza, la vida y el psiquismo se habían difundido en Europa con investigadores de tanto peso como Paracelso. Las que, consideraban la vida como propiedad esencial de la naturaleza, indisolublemente unida al psiquismo en diferentes niveles e irreductible a un esquema mecánico.

Si los primeros sustentaban la animación universal de tipo hilozoista, los últimos asestaron duros golpes a la concepción metafísica de lo vivo, como radicalmente opuesto a lo no vivo. Según características sensorialmente verificabas, conducen a la idea de la continuidad entre todas las formas de la naturaleza, no ya a partir de doctrinas tan primitivas como la de la generación espontánea, sino de pruebas experimentales que obligaron incluso a variar la clasificación sistemática. La filosofía del siglo XVII cuenta entre sus méritos un trabajo profundo y sistemático sobre la conciencia humana, objeto destacado en todos sus representantes.

El lugar sobresaliente que el problema del conocimiento científico, sus procedimientos y sus relaciones con la vida práctica, si bien sólo en el sentido moral, ocupan las corrientes principales del siglo, condiciona por sí mismo la necesidad de solución, a un conjunto de problemas particulares y derivados. Su enfoque depende de las variantes posibles de interpretación de la relación conciencia-conocimiento en la concepción filosófica del mundo y sus repercusiones para las ciencias particulares. La filosofía del siglo XVII, como filosofía de lo finito, de base fuertemente antropológica, asentó sus postulados básicos sobre la concepción genérica de la razón, principio normativo del saber y la moral esquemática del mundo.

Racionalismo y empirismo pretenden resolver definitivamente una misma cuestión: cómo dicha razón finita, común a todos los componentes del género, puede apropiarse de la realidad ya sea a través de la autoconciencia, o bien de la experiencia como puntos opuestos de partida. Pero la apropiación de la realidad también implica la sujeción de todas las facultades humanas a las reglas universales de la razón. De ahí que la razón, principio y fin de la filosofía, ocupa la atención de pensadores tan sobresalientes como, Hobbes, Locke, Spinoza, Pascal y Leibniz. Quienes no sólo intentan dilucidar la lógica del pensar y su relación con la intuición y la experiencia, sino descifrar íntegramente la estructura de la conciencia del hombre, sus propiedades. De igual modo que la relación entre la razón, las pasiones, la voluntad y los impulsos puramente corpóreos o "instintos", responder en suma, la compleja pregunta: ¿qué es el hombre?.

Fundador de la corriente racionalista, Descartes establece que la razón es la propiedad característica del género humano, su esencia absoluta, inmutable, de alcance ilimitado, a partir de la cual se erige el hombre como el centro del universo. No identifica los conceptos de razón y conciencia, pues para Cartesius esta última incluye tres propiedades- razón, voluntad y pasiones. Mientras que la razón, genérica, produce por su propia naturaleza ideas verdaderas y por ende, idénticas en todos los sujetos pensantes a menos que la voluntad intervenga para torcer su recto curso, las pasiones difieren en los hombres, de acuerdo con su constitución física, su educación y sus costumbres.

La voluntad interviene decisivamente tanto en la realización de actos con las pasiones, como en el uso adecuado de la razón, pues la libertad de elección que el uso de la voluntad representa, supone la posibilidad de elegir un método inadecuado que fuerza el rumbo natural de la razón y conduzca al error, accidente imposible para la razón no interferida por la voluntad. Para Descartes el psiquismo presenta las siguientes características: se circunscribe al hombre, implica la conciencia del mundo exterior y la autoconciencia. La primera determina la realización de actos y la segunda, la realización de actos racionales, pues preside el verdadero saber, cuyo poder transformador sobre el hombre que lo lleva a cabo es conocido. Supone también, la independencia del alma con respecto al cuerpo, verdadera máquina, común entre el hombre y los animales, que se caracteriza por ser masa inerte y funcionar de manera automática, vale decir, exacta, sujeta a leyes necesarias.

De ahí la afirmación cartesiana: "¿qué soy? Una cosa que piensa. ¿Y qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, enciende, concibe, afirma, niega, quiere, no quiere, imagina y siente". Esta libertad de elegir entre múltiples contingencias que se presentan al espíritu, de elegir bien o mal, diferencia esencialmente alma y cuerpo. De ahí que la unión entre ambos, centrada en la glándula pineal, sea una forma de suponer mecánica. El problema psicofísico queda sin una solución satisfactoria a causa del dualismo insuperable. Las propiedades del alma no pueden explicarse a partir de la simple acción de la materia mecánica, en lo que Descartes tiene razón. Pero al reducir a esta sola variante el concepto de materia (res extensa) se imposibilita explicar el psiquismo como producto de una forma específica de organización material.

Discusión

El racionalismo y la ética de Spinoza

Spinoza, recibe influencias de Bruno, Bacon, Hume y Descartes, en la filosofía; desarrolla la concepción monista-materialista, con rasgos panteístas. Considera, que la extensión, es el rasgo definitivo de la materia como sustancia y el pensamiento, es un atributo de esta única sustancia. Este último, es una propiedad exclusivamente ligada al sistema de la naturaleza y está regido por las mismas leyes de ésta, el pensamiento es un atributo de la sustancia. Afirma, que la filosofía tiene como fin conquistar a la naturaleza exterior y perfeccionar a la naturaleza humana, el universo es infinito, único y está sujeto a leyes, el hombre forma parte de él. Considera que la naturaleza es Causa Sui, o sea Causa de Sí Misma y no necesita de nada para existir.

En su postulado, elimina la concepción del Dios creador del mundo o externo, ya que la naturaleza que crea, a la que llama Natura-Naturata, es causa de sí misma. Identificada con Dios, o sea, la sustancia material, la naturaleza, o Dios son una y la misma cosa. Delimitando así su posición panteísta cuando afirma: “todo lo que digo es Dios y todo lo que se hace por las solas leyes de la naturaleza infinita de Dios; pues la razón o la causa por la cual Dios o la naturaleza obra es una y la misma, así diluye a Dios en la naturaleza.” La naturaleza es por tanto sustancia infinita, existe con propiedades propias e independiente y al margen de la mente, sin embargo la mente es finita y, al ser finita es que puede captar a la sustancia como infinita.

Caracterizado por un monismo materialista, la extensión (rasgo definitorio de la materia como masa) y el pensamiento con atributos de una única sustancia: la naturaleza. De esta forma la naturaleza toda es causa del psiquismo, que no se circunscribe a uno de sus géneros. Esta constituye una propiedad esencialmente ligada al sistema de la naturaleza, regida por las mismas leyes necesarias a las cuales está sujeto el todo. Una idea de Spinoza resulta particularmente significativa en relación con la interpretación del psiquismo: no es posible comprender la génesis del pensamiento (entendido como espiritualidad o identidad en general) a partir de su base material inmediata, dada la especificidad respectiva de materia y espíritu, que los diferencia cualitativamente.

Sin embargo, puede conocer o reproducir (el alma) los fenómenos concernientes al cuerpo por corresponderse su organización con la de éste. Debe extraer entonces la verdadera relación entre alma y cuerpo, o, más claramente y en un sentido más amplio, entre conciencia y materia. Sólo es posible de la sustancia-dios-naturaleza, del sistema que forma la realidad en general, puesto que el pensamiento es un atributo de la sustancia. Al expresar su esencia eterna e infinita, no puede reducirse a ninguna de sus modalidades, vale decir, el pensamiento humano en ninguna de sus variantes. ¿Hay entonces, superposición mecánica entre ambos?

Sin duda, no, puesto que hay un principio genético común: la naturaleza. Esta concepción, asombrosa para el siglo XVII, conduce a una conclusión: la naturaleza, en la medida en que es esencialmente material, contiene como una de sus determinaciones esenciales también al pensamiento. Independientemente de que éste se concrete en la variante conocida del pensamiento humano o no, se trata de un atributo de la sustancia y no de los fenómenos del mundo físico en los cuales se manifiesta. Spinoza se manifiesta contra la teoría cartesiana de la glándula pineal como órgano coordinador entre las funciones psíquicas y corpóreas.

La crítica espinocista no debe entenderse como simple oposición de una teoría metafísica sobre el alma a una de carácter científico natural, sino que alcanza proyecciones de considerable magnitud. Ataca el reduccionismo fisiologista en torno al problema psicofísico, pues el alma, en toda su integridad, está unida al cuerpo.. También en toda su integridad y no resulta posible la "localización" de su unidad en ninguna zona específica lo cual reforzaría la interpretación mecanicista según la cual el cuerpo constituye una maquinaria en la que la glándula pineal actuaría a manera de válvula de entrada de energía.

No pueden entonces escindirse el movimiento físico y el psíquico, pues ambos, inseparables en tanto atributos de la naturaleza, se expresan en el hombre a través de un paralelismo dado por la identidad entre el orden y la conexión de las ideas y de las cosas, y por constituir el cuerpo el "objeto de la idea del alma". Resultan así un solo individuo, cuya causa es necesario buscar, no en el propio, individuo, según los cartesianos y mecanicistas en general pretendían, sino fuera del mismo, en el sistema del cual forma parte, y que, sin embargo no es su esencia, sino su principio genético.

El hombre, animal racional para el siglo XVII, no tiene como esencia la naturaleza infinita en su conjunto, sino que ésta es causa del mismo, como fenómeno en general, y por ende causa de su esencia, que se, expresa a su vez en cada individuo. Nunca el materialismo había llegado tan lejos a la hora de explicar la conciencia y sus relaciones con el mundo material. La conciencia tiene un doble carácter para Spinoza: uno más universal, esencialmente ligado a la naturaleza; otro, de la forma particular en que sé manifiesta en la relación cuerpo-alma, a partir -del recíproco condicionamiento de ambos, pues no hay que olvidar que son concreciones de atributos y, como tales, equivalentes entre sí.

La sustancia tiene dos atributos, la extensión y el pensamiento. La teoría de los atributos es materialista y rompe con el dualismo de Descartes. Para Spinoza, el movimiento no es un atributo de la sustancia, pues ella es inmóvil e inmutable, expresando que: “Dios y todos los atributos son inmutables.” Todos los cuerpos de la naturaleza están animados, aunque en diversos grados, de ahí su concepción hilozoísta, porque el pensamiento aparece como un atributo de la sustancia, la sustancia toda tiene conciencia y también sentimientos. Existe un enfoque metafísico y mecanicista al analizar la sustancia y el movimiento, sin embargo al hablar de los modos que presentan el vínculo entre la sustancia inmóvil y los modos móviles que se originan de la sustancia inmóvil, la teoría no pudo explicar consecuentemente al considerar a los modos pensantes.

Su concepción dialéctica considera que los cuerpos se encuentran concatenados, existiendo unidad representada por la naturaleza y lo particular por los modos. Con respecto al conocimiento, su teoría concibe que el conocimiento del mundo es ilimitado expresando que:

“el orden y la conexión de las ideas es el mismo que el orden y la conexión de las cosas o sea, en todos los atributos de la naturaleza extensión y conocimiento encontramos un solo y mismo orden, una sola y misma causa en sus conexiones.” (Libro 2, Proposición 7)

Las leyes de la conciencia humana, que identifica con la razón del hombre, son por principios las mismas que las leyes de la naturaleza. Habla de dos formas de conocer, por una parte, el conocimiento sensorial, que nos da la opinión y la razón y se vincula a las afecciones del cuerpo. En el orden de la imaginación, declara las ideas sensibles como confusas y ficticias con insuficiencia del conocimiento, pero no con su ausencia total. Así, se obtienen las propiedades no esenciales, las cosas singulares, los modos de la sustancia, que son fijados en la experiencia cotidiana y les da las nociones generales o genéricas.

Mientras que, por otra el conocimiento racional, se manifiesta a través de la intención y el pensar discursivo. Este está al margen de los objetos exteriores y sus relaciones, es un conocimiento certero adecuado, brinda las verdades deducidas a partir de la demostración. La etapa discursiva permite conocer los atributos de la sustancia extensión y pensamiento, mientras que la intuición brinda las verdades mediatas que son claras y precisas. Captando así, de forma directa la sustancia independientemente de la experiencia y los conocimientos comunes, este conocimiento permite reflejar las propiedades mecánicas y geométricas de los cuerpos. La veracidad de comprensión como extensión de la naturaleza-Dios, da la claridad y la precisión de la razón.

Las ideas sociales en la ética de Spinoza lo lleva a concebir al ser humano como un modo entre los modos, o sea, el hombre es un ser natural. Considera que las pasiones humanas convierten al hombre en un siervo de la naturaleza y la ética debe liberar al hombre de esta servidumbre mediante el conocimiento. Cuando el hombre domina los afectos, puede transformar la necesidad en libertad, la libertad no excluye a la necesidad que no es el dominio, sino el conocimiento de la misma. La libertad como conocimiento de la necesidad comprende dos elementos básicos. Por un lado, el dominio de los afectos y las pasiones del hombre, como un modo dentro de otros modos de sustancia. Por otro, el conocimiento del mundo exterior; o sea los modos y atributos y la propia sustancia de forma clara e intelectiva.

La lógica se entiende no solo como método de expresar el pensamiento o lógica formal, sino como método de conocimiento científico. Las pasiones, la conducta y la voluntad se subordinan a la razón, el humanismo se manifiesta a través de la antropología racionalista. La metafísica eleva al concepto de lo absoluto a la sustancia sin olvidar su creación por Dios, generalmente a través del argumento de la causa final o cuando no existía una fundamentación científica o filosófica para una teoría se coloca a Dios. La razón genérica del hombre se presenta como una propiedad humana invariable. Esto explica la universalidad del método: el hombre ha sido es y será siempre el mismo y puede a partir de un método definitivo obtener resultados en todas las disciplinas científicas.

Teorías de la cognición corporizada

Para Spinoza, resultan vitales por un lado, las leyes de la naturaleza que se soportan en el movimiento y el reposo y por otro las leyes de la lógica, asociadas al entendimiento. Las que permiten la manifestación de la substancia en un continuo infinito material y de pensamiento. En los últimos tiempos esta perspectiva, quizás, esté tomando forma en las teorías de la cognición corporizada. Su conexión se intuye a partir del principio sobre el que parte, la hipótesis muy cercana a la razón spinociana. Stern (2010), encontró en el movimiento y su dinámica, el punto de partida primario para la vida psicológica, desde donde se desprenden todas las formas de vitalidad.

En las teorías de cognición social, la tesis de la mente extendida de Clark y Chalmers (1998) sirve de sustento para afirmar que algunos procesos mentales se componen por fragmentos del entorno. De este modo, algunos procesos mentales ocurren fuera del individuo mismo más allá de su mente. A lo que Varela et. al. (2017), en su tesis de la mente corporizada, había comprendido desde su concepción de la mente integrada a procesos y estructuras corporales y extraneurales que terminan por dar forma a nuestra cognición y determinando nuestras propias singularidades.

Estas teorías contienen lo que Spinoza expresaba con ¨la idea de la afección, cualquiera que ésta sea, en cuya virtud el cuerpo humano es afectado por los cuerpos exteriores, debe implicar la naturaleza del cuerpo exterior¨ (Proposición 16, Libro 2). Con esta misma base, Rowlands (2010), propone que cuatro ideas sobre la mente: extendida (extended), corporizada (embodied), enactiva (enactived) y situada (embedded), conocidas como las 4E. Su postura básica coincide con Spinoza al afirmar que la frontera de la mente traspasa los límites del cuerpo. Tal como Spinoza expresaría en su postulado 5, del libro 2:

¨cuando una parte fluida del cuerpo humano es determinada por un cuerpo externo a chocar frecuentemente con otra parte blanda, altera la superficie de éstas y le imprime una suerte de vestigios del cuerpo externo que la impulsa¨.

Desde la perspectiva de la mente situada (embedded), el medio ambiente y los procesos mentales de los individuos funcionan en sincronía. Esto propicia un funcionamiento óptimo y una localización fuera del propio cerebro de los procesos cognitivos. Las percepciones no requieren estar mediadas por simulaciones ni inferencias teóricas, sobre el comportamiento ni los proceso mentales del otro. En su eje, estas percepciones son enactivas, por lo que nos conduce a la generación de una acción como respuesta o como una potencial interacción, tal como lo expresara previamente Spinoza. Desde esta perspectiva, la percepción de la propia emoción y de la intención son igualmente activas (Debruille et al., 2012).

O’Reagan y Noë (2001) manifiesta, en su tesis previa de la mente enactiva (enactived), que la mente se constituye tanto por procesos neuronales como por las acciones que se suceden entre el organismo y su ambiente. En este intercambio, el movimiento se sucede incluso, desde la formación de expectativas de cambios en nuestra experiencia propia, en la de otro con el que interactuamos, pero también de la sinergia que surge de los posibles movimientos de ambos (Noë, 2004). Es aquí donde, Spinoza y la teoría de la mente enactiva, involucran nuestra capacidad y habilidad para actuar en el mundo activamente como extensión en constante transformación.

Desde el enfoque de la mente corporizada, la noción de intercorporeidad fue establecida en su Fenomenología de la percepción por Merleau-Ponty (2012). A su juicio, es un fenómeno relacional y pre-reflexivo, donde los cuerpos fenoménicos establecen una relación interna en la que la otra persona parece finalización del sistema. Esto da lugar a lo que el investigador llama reversibilidad, llevando a un tipo de relación simultánea de “tocar-ser-tocado”, implicando una reversibilidad dinámica secuencial. El término con el que él lo asocia, es «aesthesiological Ineinander”, entendido como entrelazamiento de cuerpos en el orden (cin)estético de nuestros sentidos (Merleau-Ponty, 1968). Lo que expresa de la siguiente manera:

“Lo que está abierto a nosotros, por lo tanto, con la reversibilidad de lo visible y lo tangible, es […] un ser intercorpóreo, un dominio presunto de lo visible y de lo tangible, que se extiende más allá de las cosas que ahora toco y veo” (1968, pp. 142-143).

De este modo se conduce a algo nuevo, la construcción de nuevos significados y sentidos, más allá de quienes perciben el contexto y que modifica a su vez a los cuerpos. En consonancia con el enfoque spinociano, podría conectarse con Merleau-Ponty (2012), cuando escribe que: ¨todo sucede como si la intención de la otra persona habitara mi cuerpo, o como si mis intenciones habitasen su cuerpo¨ (pp.190-191). Los sistemas nerviosos, el motor, el ambiente, la red neuronal, se acoplan en una misma experiencia corporizada.

Existe un enfoque también del embodiment, que enlaza el desarrollo cognitivo unido al movimiento y conectado a éste. Los que es susceptible de modificación es el modo en que son acoplados, fortaleciéndose y construyéndose diversos mapas neuronales a partir de la selección experiencial fortalecida o debilitada (Smith, 2013). Tal como expresara Español (2017) en su cita de Bainbridge Cohen (2012) “La mente es como el viento y el cuerpo como la arena: si queremos saber cómo sopla el viento podemos mirar la arena” p.80.

La teoría de la interacción, es también un enfoque corporizado, en este, la visión enactiva destaca el rol de los procesos no representacionales que comprometen al cerebro, el entorno y el cuerpo de los individuos. La intercorporeidad implica, un acoplamiento dinámico con la otra persona, por medio de interacciones intersubjetivas que se dan en el contexto de la socialización (Lindblom, 2015). Vemos a los otros en términos de posibilidades de acción social, donde ambos sistemas van formando uno nuevo o nuevas formas (Husserl, 1989).

Merleau-Ponty (1967) diría que: ¨hay forma cada vez que las propiedades de un sistema son modificadas por cada cambio producido en una sola de sus partes y, por el contrario, se conservan cuando todas cambian manteniendo la misma relación entre ellas” (p. 47). El cuerpo, no es una representación del cerebro y tampoco son elementos separados entre sí. El cerebro, el cuerpo y el ambiente son elementos de un sistema mayor, que interactúan acoplados como una unidad explicativa en relación a la cognición social. De lo que pueden derivarse nuevas estructuras, o reestructuras en los espacios peripersonales experimentados (Soliman y Glenberg, 2014).

En estos estudios, las identificadas como neuronas espejos, su activación es parte del sistema más grande que lo comprende todo, y que en su acoplamiento dinámico conforma una unidad explicativa para la cognición social. Mediante interacciones intersubjetivas, los procesos de carácter anticipatorio, se cumplen o se corrigen, conllevando también a posibles rupturas. Esta secuencias inconscientes coordinan percepción, comunicación, acción, ritmo, movimientos, emociones u otros (Lindblom, 2015). Estas neuronas tienen una activación prospectiva y predictiva, anticipándose a la acción del otro, preparando respuestas con intencionalidad motriz y configuracional.

Desde esta aproximación enactiva, la corporización neural y extracorporal, el esquema corporal incluye procesos periféricos y ecológicos formando esquemas conjuntos corporales (Soliman y Glenberg, 2014; Merleau-Ponty, 2012). Tal como escribiera Spinoza ¨las ideas que tenemos de los cuerpos exteriores revelan más bien la constitución de nuestro propio cuerpo que la naturaleza de los cuerpos exteriores¨ (Proposición 16, Libro 2). Clark (1991) y Clark & Chalmers (1998) en su enfoque de mente extendida, explicaban que los sistemas de la cognición se extienden más allá de los límites físicos del organismo. Éstos y sus herramientas son constituyentes de un sistema cognitivo mayor.

Más recientemente a estas 4E, Fingerhut (2014) ha añadido una A relacionada con lo afectivo para otros como una E, de emocional. Sobre la base argumentativa de Damasio (1994), identificada como El error de Descartes, establece que nuestracognición no es afectivamente neutra. Este neurobiológo rescata en sus investigaciones, el rol de las emociones en el pensamiento humano y su trascendencia en nuestras propias vidas. Dentro de este grupo de investigaciones está la perspectiva de la segunda persona (Gomila 2002, 2008), su centro radica en comprender a las interacciones corporales entre humanos y el entorno, como situación base de primer orden, ontogenética y filogenéticamente, para el desarrollo de capacidades cognitivas.

De esta forma se interactua con elementos afectivos a través de nuestras emociones Gomila (2002). El mundo interpersonal presupone intercambio dinámico y ensamble entre exterocepción y propiocepción, resultantes de nuestros cuerpos en interacción. El mundo emocional tiene un rol protagónico en la interacción, tal como lo revelan diferentes estudios empíricos (Gallagher, 2008; 2015; Gallagher y Varga, 2014). Los estudios muestran, cómo los movimientos cinemáticos son intrínsecos a las dinámicas entre cuerpos y el modo en que son afectados entre sí y por su entorno (Sartori et al., 2011). Podemos identificar sus variaciones con carácter predictivo de las intenciones con un alto grado de precisión. Merleau-Ponty (1964) escribe:

La ira, la vergüenza, el odio y el amor no son hechos psíquicos ocultos en el fondo de la conciencia ajena: son tipos de comportamiento o estilos de conducta que son visibles desde el exterior. Existen en este rostro o en esos gestos, no escondidos detrás de ellos. (pp. 52-53)

Conclusiones

El siglo XVII es un siglo de dimensiones cerradas, de sistemas cuya estructura incluye una multiplicidad de cuerpos teóricos diferentes presididos por la gnoseología, la lógica o la unidad ontología-ética-antropología. Las concepciones acerca de la sociedad y la humanidad tuvieron como punto de partida la investigación del individuo y la necesidad de convertir en racional el mundo, o sea renovarlo y conservarlo cambiado eternamente. Desde esta perspectiva las ciencias adquieren un verdadero sentido al ponerse al servicio del hombre. El siglo se define como el siglo de la metafísica, estableciéndose como muralla invisible la mecánica de Newton. La filosofía adjudica un valor universal social y técnico a todas sus doctrinas o sea todas la corrientes filosóficas se valoran como productoras de un sistema absoluto y definitivo de verdades incuestionables sobre la realidad.

En este contexto, las posiciones filosóficas son absolutas y extremas, debido a que los filósofos son racionalistas o empiristas; y materialistas o idealistas. Desde la teoría gnoseológica, el siglo hereda lo mejor del pensamiento renacentista a partir de estas perspectivas absolutas y desarrolla la concepción moderna del sistema filosófico. En principio, se elimina el dualismo de la filosofía medieval, basado en la trascendencia ontológica. Delimita los planos ontológicos y gnoseológicos sobre la base de una fuerte antropología. El siglo XVIII desarrolla una visión global del conocimiento científico como objeto de estudio de la ciencia y de la filosofía en la medida en que las formas del saber se enfocan sobre el saber mismo.

Desde Descartes, resulta constante en la filosofía moderna el identificar la verdad filosófica con la coherencia lógica y la demostrabilidad en el campo de las matemáticas. La correlación entre metafísica y matemáticas dará lugar a obras como la Ética de Spinoza, quien construyó un sistema integral según un orden geométrico, y al proyecto de la Characteristica Universalis de Leibniz, método de cálculo lógico aplicable a todos los campos del saber, al frente de los cuales figura, el método filosófico. Spinoza, atendió a las especificidades del hombre desde la antropología filosófica, con una percepción única, librándolo de su subordinación a la divinidad y transformando la relación filosofía-ciencia al declararse la primera como ciencia al servicio del progreso y del hombre.

El hombre ya no es el microcosmos sino la razón genérica, está unido a la naturaleza por su cuerpo y se diferencia de la misma no por su alma inmortal sino por su capacidad pensante. La dualidad termina, el paralelismo de Spinoza permite establecer un nuevo orden y sentido, entre la mente y el cuerpo pero también entre la existencia toda, manifestada en sus modos finitos, movida a la acción por sus afectos como expresión de su modo infinito, su esencia. Es en este sentido que las teorías de la cognición corporizada toman su hipótesis como punto de partida, cobra vida el cuerpo afectado, afectando, manifestando, manifestado.

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Conflicto de intereses

La autora declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Declaración de responsabilidad de autoría

La autora del manuscrito señalado, DECLARA que ha contribuido directamente a su contenido intelectual, así como a la génesis y análisis de sus datos; por lo cual, está en condiciones de hacernos públicamente responsable de él. Además, ha cumplido los requisitos éticos de la publicación mencionada, habiendo consultado la Declaración de Ética y mala praxis en la publicación.

Ivon Sosa Piedra: Proceso de revisión de literatura y redacción del artículo.