Maestro y Sociedad e-ISSN 1815-4867

Volumen 21 Número 3 Año 2024

Artículo original

Estrategias educativas para el manejo de conductas disruptivas

Educational strategies for managing disruptive behaviors

Estratégias educacionais para gerenciar comportamentos disruptivos

Lic. Clemencia Elizabeth Ojeda Cueva *1, https://orcid.org/0009-0000-0278-4564

Yadira Mariuxi Rodríguez Honores 2, https://orcid.org/0000-0001-8994-2739

PhD. Nelly Hodelín Amable 3, https://orcid.org/0009-0007-1499-130X

1, 3 Unidad Educativa Julio Matovelle, Ecuador

2 Escuela de Educación Básica Once de Noviembre, Ecuador

*Autor para correspondencia. email ojedacueva@gmail.com

Para citar este artículo: Ojeda Cueva, C. E., Rodríguez Honores, Y. M. y Hodelín Amable, N. (2024). Estrategias educativas para el manejo de conductas disruptivas. Maestro y Sociedad, 21(3), 1226-1240. https://maestroysociedad.uo.edu.cu

RESUMEN

Introducción: Las relaciones individuales de estudiantes se ven afectadas en muchos casos por conductas impropias. El objetivo del presente estudio fue conocer las estrategias didácticas que utilizaron los docentes para abordar la conducta disruptiva de los estudiantes de Básica Elemental Unidad Educativa Julio María Matovelle. Materiales y métodos: La metodología que se utilizó es cuantitativa-cualitativa con un enfoque descriptivo. La población de estudio es la Institución Educativa y la muestra fueron los estudiantes de básica elemental. Resultados: Los resultados revelan la preocupación de los padres por el impacto negativo, que tiene la conducta en el desempeño académico. Discusón: A pesar de las limitaciones identificadas en la indagación, se recalca que este estudio abrirá nuevos caminos para futuras investigaciones que permitan profundizar en el conocimiento de este fenómeno y desarrollar intervenciones efectivas para promover un ambiente de aprendizaje saludable y enriquecedor. Conclusiones: Se concluye que la capacitación a padres y docentes es importante porque ayuda a identificar y abordar los casos según el protocolo para mejorar las normas de convivencia.

Palabras clave: Disrupción, Estrategias, Normas de convivencia.

Abstract

Introduction: Individual relationships of students are affected in many cases by inappropriate behavior. The objective of this study was to know the teaching strategies used by teachers to address disruptive behavior of Elementary School students at the Julio María Matovelle Educational Unit. Materials and methods: The methodology used is quantitative-qualitative with a descriptive approach. The study population is the Educational Institution and the sample was elementary school students. Results: The results reveal the concern of parents about the negative impact that behavior has on academic performance. Discussion: Despite the limitations identified in the investigation, it is emphasized that this study will open new paths for future research that will allow us to deepen our knowledge of this phenomenon and develop effective interventions to promote a healthy and enriching learning environment. Conclusions: It is concluded that training for parents and teachers is important because it helps to identify and address cases according to the protocol to improve the standards of coexistence.

Keywords: Disruption, Strategies, Standards of coexistence.

Resume

Introdução: As relações individuais dos alunos são afetadas em muitos casos por comportamentos inadequados. O objetivo do presente estudo foi conhecer as estratégias de ensino que os professores utilizaram para enfrentar o comportamento disruptivo dos alunos da Unidade Educacional Julio María Matovelle do Ensino Fundamental Básico. Materiais e métodos: A metodologia utilizada é quanti-qualitativa com abordagem descritiva. A população do estudo é a Instituição de Ensino e a amostra foram alunos do ensino fundamental. Resultados: Os resultados revelam a preocupação dos pais relativamente ao impacto negativo que esse comportamento tem no desempenho académico. Discussão: Apesar das limitações identificadas na investigação, sublinha-se que este estudo abrirá novos caminhos para futuras investigações que nos permitirão aprofundar o conhecimento deste fenómeno e desenvolver intervenções eficazes para promover um ambiente de aprendizagem saudável e enriquecedor. Conclusões: Conclui-se que a formação de pais e professores é importante porque ajuda a identificar e abordar os casos de acordo com o protocolo para melhorar os padrões de convivência.

Palavras-chave: Disrupção, Estratégias, Normas de convivência.

Recibido: 21/12/2023 Aprobado: 15/2/2024

Introducción

A nivel internacional, se observan incrementos de problema de conductas en las aulas, afectando la calidad de la educación. Diversos estudios muestran que se debe a factores socioculturales, desigualdades socioeconómicas y cambios en la estructura familiar (Orellana et al., 2022). Investigaciones realizadas en Bolivia por Jurado y Lafuente (2020) destacan que el profesor tiene un rol fundamental en la gestión del aula porque las estrategias de enseñanza y la motivación inciden en la aplicación de normas; cuando la metodología de trabajo es poco atractiva, seguido por la escasa sensibilidad del maestro, existiendo una limitada habilidad para controlar al grupo de estudiantes y hacer valer su autoridad.

El sistema de Educación Básica en Ecuador afronta desafíos grandes porque no se pide al escolar, un comportamiento emocionalmente de acuerdo con las demandas de la enseñanza actual, ni respeten las disposiciones establecidas por las autoridades educativas. Desde hace mucho tiempo, la indisciplina escolar no se le ha dado la importancia, incluyendo el discernimiento del concepto de conducta disruptiva, que incluye cualquier tipo de comportamiento conflictivo, que va desde interrupciones mínimas en el desarrollo de clase hasta inconvenientes más o menos significativos (Saco et al., 2022).

La educación es un proceso polifacético que exige prestar atención a diversos ámbitos para garantizar un aprendizaje eficaz. La conducta disruptiva es un reto al que se enfrentan los profesores e impide el progreso de las clases y el aprendizaje de los estudiantes. Por ello, es fundamental contar con estrategias educativas adecuadas para abordarlas y fomentar un ambiente de trabajo positivo y seguro (Figueroa et al., 2020).

A menudo se requiere que los educadores y la escuela en su conjunto asuman funciones adicionales, que va más allá de la planificación curricular, con el objeto de gestionar problemas emocionales y de comportamiento, que puede desviarles de su deber principal como profesores, enseñar. Para Toala et al. (2020), es necesario intervenir en los casos de indisciplina, porque afectan al desarrollo curricular en los centros de estudios. Los autores, señalan que los comportamientos de los estudiantes muestran la ausencia de valores e impide el buen desarrollo en la enseñanza-aprendizaje, por los problemas que surgen dentro y fuera del aula.

De acuerdo con Zambrano et al. (2021), se entiende por conducta disruptiva cualquier acción que obstaculice el aprendizaje de los estudiantes e interrumpa el flujo regular de la enseñanza. Se manifiestan de diferentes formas, como desobediencia, falta de atención, agresividad o falta de respeto hacia los demás. En esta misma línea, Vergara y Jama (2022) afirman que son acciones que afectan y trastornan el ambiente de escolar, generando caos en clase. Para reconocer y tratar eficazmente las afecciones neurodiversas en un entorno educativo, es fundamental comprender claramente su descripción para generar acciones y protocolos en la solución del conflicto.

Las conductas disruptivas (CD) se refieren a comportamientos que dificultan el proceso de aprendizaje, generando indisciplina y dificultades para el desarrollo académico de los estudiantes (Narváez y Obando, 2020). Es crucial abordar este problema de manera efectiva, implementando estrategias que promuevan un ambiente de aprendizaje positivo y respetuoso.

También es considerado un fenómeno multifactorial porque afectan las actividades cotidianas en el aula, promoviendo comportamientos relacionados con conflictos de poder y escenarios de violencia, que retan la autoridad del maestro o el control en clase (Haro-Lara et al., 2023). El comportamiento es un elemento fundamental en el aula porque si no es el adecuado, puede distraer a los estudiantes en clase, alterar la armonía y dificultar el aprendizaje.

Las conductas disruptivas son patrones de comportamiento impulsivos y agresivos que exhibe el estudiante en la escuela y altera el entorno escolar. Los problemas pueden surgir como resultado de la interacción familiar, destacando la escasa afectividad en la familia (Figueroa et al., 2020). Como resultado, el alumno desborda todas las energías que no ha podido canalizar adecuadamente en casa al socializar con sus compañeros incorrectamente.

El comportamiento disruptivo en la escuela se refiere al actuación de los estudiantes, dificulta la capacidad de los maestros para enseñar. En Ecuador, los comportamientos disruptivos típicos incluyen la falta de cooperación, descortesía, irrespeto, desobediencia, provocación y agresión (Carrera-Salinas et al., 2023). Estas conductas tienen el potencial de tener un impacto negativo en el aprendizaje, dinámica del grupo y bienestar de los estudiantes. Por su parte, los docentes con frecuencia se sienten agobiados y poco preparados para abordar estas conductas, causando estrés y frustración.

La agresividad infantil es uno de los trastornos que más desautorizan los padres a los maestros. Con frecuencia se enfrentan a niños que son manipuladores o rebeldes, pero carecen de conocimientos para cambiar la actitud y forma de ser (Barrios-Vanegas, 2016). La actuación agresiva dificultan las relaciones sociales en el crecimiento y obstaculizan la adecuada adaptación a cualquier entorno para adoptar un comportamiento asertivo.

Las prácticas de la educación negativas como el castigo físico, la poca supervisión, limitada manifestación afectiva e inconsistencia de los estilos de formación, extienden las conductas de agresividad e hiperactividad en los niños. Por otro lado, la intervención positiva de los progenitores basada en la escucha, cohesión, flexibilidad, comprensión y buena comunicación regula las conductas disruptivas en los hijos (Villavicencio et al., 2020). El desarrollo de las conductas está relacionado con el desempeño de los roles de los padres y la adaptación conjunta de los miembros de la familia. Al considerar estos dos aspectos, se obtienen resultados a corto plazo, expresados en el nivel emocional y a largo plazo, en lo psicológico.

Hay diferentes puntos de vistas de investigadores como la teoría social de (Bandura, 1984) quien sustenta que el comportamiento de los estudiantes se aprende observando e indica que la conducta no es heredada sino condicionado por el entorno. La teoría destaca importancia del aprendizaje social, la observación de modelos en la adquisición de habilidades y de comportamientos. Su enfoque en el aprendizaje vicario ha tenido un impacto significativo en el proceso de aprendizaje e intervenciones en diferentes contextos.

En los últimos años han surgido teorías emergentes que analizan las conductas disruptivas que buscan explicar y abordar este fenómeno de manera eficaz. El enfoque proactivo aparece cuando ni el alumno ni el grupo al que regresa son beneficiados tras la separación o expulsión de un alumno. Es común que ocurra la misma situación al volver al mismo entorno sin modificar el ambiente. Uruñuela citado por Marqués (2020) sugiere un modelo proactivo en lugar del modelo punitivo, reactivo o sancionador; anticipándose a los problemas para tomar medidas y acciones que beneficien un entorno agradable en clase.

La teoría del procesamiento emocional tiene como finalidad reconocer, comprender y regular las emociones propias y externas, que pueden relacionarse con las conductas disruptivas en niños como una forma de expresar su malestar emocional (Gross, 2015). Por su parte, la teoría de la resiliencia se refiere a un conjunto de cualidades o habilidades innatas para afrontar adecuadamente situaciones adversas, como factores estresantes y situaciones riesgosas (Intriago et al., 2020). Esto se palpa en los hogares y las aulas que experimentan la problemática de la conducta, pero son los profesionales, quienes deben apelar a las estrategias para tratar los casos de CD.

La teoría del trauma y las conductas disruptivas afirma que las experiencias traumáticas durante la infancia pueden influir en el desarrollo de conductas disruptivas durante la niñez. Investigaciones demuestran una correlación significativa entre la exposición a traumas en la infancia y la presencia de comportamientos disruptivos en los niños (Katembu et al., 2023). Las investigaciones han demostrado el papel crucial que juega la resiliencia en el desarrollo durante la infancia porque es un componente, que ayuda a las personas a responder a los retos que surgen durante esta etapa de desarrollo.

La gestión eficaz del comportamiento de los estudiantes por parte de los educadores puede crear una atmósfera de trabajo más positivo, fomentar la implicación y la participación de los estudiantes y acelerar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, el control de las conductas disruptivas contribuyen a crear una comunidad escolar educada y segura para todos los estudiantes (Figueroa y Barcia, 2021).

Desde el punto de vista de Santillán y Samada (2023) las consecuencias de las CD se manifiestan diferentes formas: falta de atención, agresividad, indisciplina y falta de respeto hacia los profesores y compañeros. Es necesario analizar las estrategias pedagógicas aplicadas en otros países para abordar este problema y aprender de sus experiencias exitosas.

Las conductas disruptivas pueden obstaculizar la capacidad de estudio de los estudiantes, por lo que es crucial saber cómo gestionarlos en un entorno educativo. Desde el punto de vista de Alonso et al. (2020), los maestros no se limitan al uso de técnicas, estrategias y metodologías que llevan al aula; también añade una variedad de valores, creencias y formas de hacer bien las cosas en el campo educativo. Un docente de calidad brinda a los estudiantes las oportunidades de aprender, y contribuye mediante la formación académica a construir una sociedad productiva.

Entre las estrategias educativas, se pueden mencionar, el procedimiento para gestionar las interrupciones en el aula de Juan Carlos Torrego e Isabel Fernández, citado por Gómez y Cuña (2017), exponen que para prevenir las CD hay que tomar en cuenta: refuerzos positivos, organizar la clase, planificación de las tareas académicas, respetar turnos de palabra para participar, metodología para atender a los diversos estilos de aprendizaje, emplear diferentes estrategias de evaluación, otras. De esta manera, las estrategias para el fomentar comportamientos adecuados son: la imitación y el modelamiento, que busca que el niño adquiera nuevas conductas de manera progresiva.

La Universidad del Internet (2019) sugiere que el educador dialogue con los padres y lleve un registro diario de conductas. También es importante elaborar una guía de actuación de trastornos desafiantes, donde se trabaje con las emociones y el control de impulsos, fomentando la empatía. Asimismo, aplicar técnicas para reducir la ansiedad, crear un entorno relajado, dar responsabilidad a los estudiantes en procesos claves en clase para hacerle partícipes de la redacción y aplicación de normas del aula, para lo cual es importante potenciar el trabajo colaborativo, elementos claves para minimizar las conductas disruptivas en el espacio educativo.

Cuando se habla de estrategias educativas, se refiere a las acciones que el maestro lleva a cabo para facilitar la educación y el aprendizaje de los niños. Camera et al. (2022) afirman que los entornos educativos, deben estar constituidos por actividades de formación, y debe haber una interacción entre el proceso de aprendizaje, que permitan alcanzar conocimientos, prácticas, valores, problemas y procedimientos dentro de la enseñanza.

Las estrategias educativas tienen el potencial de mejorar la conducta de los estudiantes. Los niños pueden motivarse a participar activamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, si se fomenta el aprendizaje activo, como el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje cooperativo y el aprendizaje experiencial. Cummins (2020) afirma que el aprendizaje activo mejora las habilidades de resolución de problemas, pensamiento crítico y toma de decisiones, beneficia a los niños a comportarse de manera más independiente y responsable.

La autorregulación impulsa la práctica de meditación en inteligencia emocional y el uso de técnicas de relajación, pueden ayudar a los niños a manejar los sentimientos de manera saludable. La autorregulación emocional está relacionada con un menor riesgo de conductas disruptivas y agresividad en los niños, según Brackett y Rivers (2021).

De igual manera, establecer rutinas y límites claros ayuda a establecer un entorno escolar seguro y predecible para los niños. Para Mestre et al. (2022) los límites promueven la autorregulación de la conducta y estabilidad emocional en los niños. Las estrategias educativas mejoran la conducta de los estudiantes, al permitir a los educadores y profesionales de la educación usar estrategias de manera segura, adaptadas a las necesidades de cada niño para un desarrollo integral y con una conducta positiva.

Mogrovejo, 2014 citado por Rodríguez (2021) plantean las siguientes técnicas. El psicodrama, también conocido como juegos de roles, se refiere a la dramatización en la que los estudiantes asumen diferentes papeles, como padres, madres o maestros, para que experimenten diferentes puntos de vista. Esta estrategia es crucial porque se colocarán en el lugar de la otra persona y reconocerán sus sentimientos, lo que les permitirá ser empáticos.

La biblioterapia en la solución de problemas es cuando la lectura se adapta a las habilidades y necesidades de los estudiantes a través de las historias que presentan los personajes para resolver problemas. El semáforo es un método para resolver conflictos de manera pacífica mientras controlas los impulsos.

En este contexto, los estudiantes de la Unidad Educativa Julio María Matovelle, presentan comportamientos no apropiados que pueden ser considerados como conducta disruptiva. En tal sentido, la interrogante científica que guía este estudio es: cómo las estrategias educativas mejoran la conducta disruptiva en estudiantes de básica elemental. El objetivo general es identificar las estrategias educativas que utilizan los docentes para abordar la conducta disruptiva de los estudiantes de Básica Elemental Unidad Educativa Julio María Matovelle.

Entre los objetivos específicos están: identificar los numerosos inconvenientes de conducta disruptiva en los estudiantes de Básica Elemental, conocer las habilidades didácticas que emplean los magistrales para optimizar la conducta disruptiva de los estudiantes, trabajar en colaboración con docentes y padres de familias para abordar de manera integral las conductas disruptivas y brindar un apoyo adecuado a los estudiantes.

Se plantea un enfoque mixto, que combina elementos cualitativos, por las metodologías que se utilizan en la recaudación de información y datos cuantitativos obtenidos en el proceso de instrumentación de estrategias diseñadas. A su vez, el uso de múltiples métodos analítico-sintético e inductivo-deductivo facilita el estudio del objeto de investigación. En cambio, el enfoque descriptivo, bibliográfica y exploratorio, se efectúa cuando el objeto es analizar un problema de investigación poco estudiado (Hernández et al., 2014). Por su parte, Rodríguez y Pérez (2017) proponen que tanto los métodos deductivos como los inductivos implican razonar a partir de casos concretos para llegar a un conjunto más amplio de conocimientos, como demuestran los acontecimientos individuales, como las conductas disruptivas.

Se emplean las técnicas de la encuesta dirigidas a los padres y personal del Departamento de Consejería Estudiantil (DECE); mientras que se efectuó entrevista a los docentes, busca recabar diferentes criterios de casos de CD que tienen los estudiantes. La población de estudio es la Unidad Educativa Particular Julio María Matovelle y la muestra lo conforman los estudiantes de básica elemental.

Esta problemática de las conductas disruptivas en el aula motivó el interés por realizar esta investigación. El objetivo es examinar las estrategias educativas que utilizan los docentes al abordar casos de trastornos de conductas, que se manifiestan durante las clases. Se analizarán conceptos relacionados y se observarán las estrategias implementadas en el manejo de estudiantes con conductas disruptivas en los niveles de educación básica elemental.

Autores como Lozada y Acle (2021), Saco-Lorenzo et al. (2022) afirman que los estudiantes con problemas de comportamiento tienen un impacto no solo en la escuela, sino en su propio desarrollo, no se integran bien con compañeros y profesores, lo que puede provocar un patrón desadaptativo, interrumpiendo y entorpeciendo la instrucción académica, aunque es la familia quienes deben impartir valores como núcleo fundamental de la sociedad.

Los trastornos de conductas se relacionan con las teorías constructivistas de Vygotsky (1978), quien explica que el juego proporciona el mejor contexto para que los estudiantes aprendan las reglas del comportamiento (Tamayo y Restrepo, 2016). Piaget expone que la agresión en la escuela comienza desde una perspectiva cognitiva y es decisivo comprender las normas sociales para resolver los conflictos.

La Constitución del Ecuador (2024) establece que la educación es un derecho de los ciudadanos y un deber del Estado, enfocado en el bienestar general. Además, el artículo dos de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (2021) afirma que los estudiantes con discapacidad o enfermedades catastróficas de alta complejidad deben recibir prioridad en la atención e integración especializada. Desde la atención psicopedagógica es un campo complicado que incluye una variedad de modelos de intervención que difieren según las perspectivas aportadas. Teniendo en cuenta estos criterios, Pérez et al. (2021) indica que es esencial que los especialistas en psicopedagogía estén presentes en las instituciones educativas; con la finalidad de intervenir con las familias desde una perspectiva preventiva, disminuyendo la incidencia de problemas y tomando en cuenta el contexto personal, social y cultural en el que se desarrollan las personas en un área específica, gracias a la colaboración con los docentes. De esta manera, se pueden tomar decisiones adecuadas sobre la aplicación de técnicas para mejorar la convivencia en el aula.

Materiales y métodos

El estudio empleó un enfoque mixto apropiado, combinando métodos cuantitativos y cualitativos para obtener una comprensión más profunda e integral del fenómeno estudiado. Se enmarcó dentro de una investigación documental, descriptiva y exploratoria. Polanía et al. (2020) revelan que la investigación fue documental por la revisión literaria realizada. Descriptiva, al caracterizar detalladamente las conductas disruptivas, estrategias docentes, percepciones de los padres y el DECE sobre los protocolos y estrategias que emplean los docentes en las unidades académicas; y, es exploratoria, por abordar un tema poco estudiado pese a su relevancia en las aulas.

La combinación de estos enfoques permitió abordar el fenómeno de manera holística, triangulando los datos y obteniendo una comprensión más completa y matizada de las conductas disruptivas con relación a sus causas, impacto y estrategias implementadas en la institución.

Los métodos analítico-sintético y deductivo-inductivo guiaron el estudio de los componentes que originan las conductas disruptivas, integrando la información para comprenderlas, analizando estrategias y patrones en la población infantil (Finol y Solórzano, 2020). El método analítico sintético se utilizó para analizar de forma separada los diferentes elementos que originan las conductas disruptivas, como los factores familiares, emocionales, sociales, académicos, etc. Para así comprender como estos constituyentes interactúan y contribuyen al desarrollo de estas conductas en la población infantil.

Mientras que, el método deductivo-inductivo se utilizó con la finalidad de partir sobre los conocimientos existentes de las conductas disruptivas, para así generar los resultados concluyentes del estudio. Del mismo modo, mediante la aplicación de las encuestas y entrevistas se obtuvieron datos específicos sobre las conductas disruptivas como las estrategias utilizadas por los docentes y patrones observados en la población infantil.

Cabe destacar, que la población investigativa fueron el Departamento estudiantil, los maestros y padres del Plantel. Se utilizó un muestreo no probabilístico, porque permite seleccionar casos específicos y profundizar en el fenómeno de interés, aunque no se puedan generalizar en los resultados. Por ello, se seleccionó a 40 padres de familia de 2° y 4° grado de básica elemental para tener una muestra suficiente y manejable que permita recopilar información detallada; 4 autoridades del DECE, que son los encargados de lidiar con conductas disruptivas y diseñar protocolos; y 5 docentes, que tienen experiencia directa con estudiantes que tienen conductas disruptivas en el aula.

Los instrumentos utilizados en la investigación fueron encuestas estructuradas aplicadas al Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) y a los padres de familia. Estas encuestas abordaron las siguientes dimensiones: protocolos establecidos para el manejo de conductas disruptivas, causas percibidas de estas conductas, estrategias metodológicas, capacitación docente, tipos de conductas disruptivas observadas, impacto académico y social, y satisfacción con las estrategias implementadas. Además de las encuestas, se realizaron entrevistas a profundidad con los docentes, utilizando preguntas abiertas que indagaban sobre sus experiencias directas con las conductas disruptivas en el aula, los desafíos enfrentados y sus perspectivas sobre cómo abordar estas situaciones.

Una vez recopilados los datos, las respuestas fueron codificadas y analizadas mediante el software estadístico SPSS. Este análisis cuantitativo permitió generar tablas de contingencia y gráficos circulares que permitieron visualizar las percepciones de los padres y el DECE sobre las conductas disruptivas. Por otro lado, las entrevistas realizadas a los docentes fueron transcritas de forma literal para posteriormente llevar a cabo un análisis cualitativo. Este análisis buscó identificar patrones, temas recurrentes y perspectivas relevantes en las respuestas de los docentes, enriqueciendo la comprensión del fenómeno desde su experiencia directa en el aula.

El desarrollo de la propuesta constituyó la fase conclusiva del proceso, en la que se definieron los propósitos específicos, se estructuraron las conferencias sobre el modo de accionar de los docentes frente a estudiantes con conductas disruptivas. Esta etapa fue crucial, dado que se delimita los objetivos en base al diseño de la propuesta con relación a la coherencia de contenidos y actividades que cumplan las demandas del público destinatario. La cuidadosa selección de las conferencias y la distribución estratégica de los horarios atendieron a criterios pedagógicos y logísticos para optimizar el uso del tiempo y brindar una experiencia enriquecedora a los participantes. Asimismo, se implementó un mecanismo de control de calidad mediante la validación de expertos, a fin de identificar áreas de mejora y garantizar la pertinencia y viabilidad de la propuesta.

RESULTADOS

Tipos de problemas de conductas disruptivas

La educación tradicional ha enfrentado grandes desafíos en los últimos años, porque se han insertados nuevas técnicas y estrategias que se adaptan a la necesidad de los estudiantes. Las conductas disruptivas negativas perjudican el aprendizaje, respeto mutuo, y el proceso educativo en general, por ello, la implementación de estrategias orientadas a la eliminación de las conductas disruptivas tiene un impacto significativo en desarrollo integral de los estudiantes y su preparación para abordar los retos de la Era contemporánea.

En la tabla 1, se evidencia que 80 % de los padres indican que los docentes los contactan muy frecuentemente para comunicar problemas de conducta de sus hijos, mientras que solo un 6,7 % nunca ha sido contactado. Esto sugiere que los estudiantes tienen comportamientos disruptivos, generando un ambiente escolar negativo.

Tabla 1. Frecuencia de contacto del docente

Participación aprobada

Tasa porcentual

Frecuentemente

80,0

80,0

Ocasionalmente

6,7

86,7

Raramente

6,7

93,3

Nunca

6,7

100,0

Total

100,0

Fuente: Padres de familia de 2° y 4° grado de básica

En la tabla 2 se evidenció que los principales problemas de conductas identificados son: el incumplimiento de las reglas (26,7 %), desmotivación por aprender (20 %), actos de agresividad y falta de respeto (ambos con 13,3 %). Consecuentemente, se observa que las instituciones poseen estudiantes con distintos comportamientos disruptivos, siendo así que los docentes deben implementar estrategias efectivas para prevenir y manejar las conductas disruptivas en el aula, promoviendo un ambiente de respeto, disciplina y enfoque en el aprendizaje

Tabla 2. Problemas de conducta disruptiva

Participación aprobada

Tasa porcentual

Actos de agresión

13,3

13,3

Comportamientos violentos

6,7

20,0

Incumplimientos de las reglas

26,7

46,7

Falta de respeto

13,3

60,0

Desmotivación por aprender

20,0

80,0

Otro

20,0

100,0

Total

100,0

Fuente: Padres de familia de 2° y 4° grado de básica

Causas y consecuencias

Las autoridades y el DECE (100%) plantean que se deben identificar las causas de las conductas; destacando la importancia de comprender los elementos que intervienen en el proceder de los estudiantes (Tabla 3). Las conductas disruptivas en el aula tienen un origen multicausal y complejo. Mientras algunos autores las atribuyen a factores ajenos al ámbito educativo, otros las vinculan directamente con el entorno escolar. Para comprender cabalmente las razones que llevan a un estudiante a manifestar un comportamiento inadecuado que perturba el proceso pedagógico, es necesario contemplar un amplio abanico de factores posibles (Tinitana et al., 2023).

Tabla 3. Identificación de causas de conductas disruptivas

Participación aprobada

Tasa porcentual

De acuerdo

25,0

25,0

Totalmente de acuerdo

75,0

100,0

Total

100,0

Fuente: Autoridades del DECE

Existen varias razones que pueden originar conductas disruptivas en los estudiantes, las causas más frecuentes son problemas emocionales o de autoestima (20%), exhibición a la violencia en el hogar (20%), y factores personales, familiares y sociales (26,7%) como posibles desencadenantes (Tabla 4).

Tabla 4. Causas de las conductas disruptivas

Participación aprobada

Tasa porcentual

Desconocimiento de normas sociales

13,3

13,3

Problemas en el hogar

13,3

26,7

Exhibición a la violencia en el hogar

20,0

46,7

Enfermedades o trastornos conductuales

6,7

53,3

Problemas emocionales o de autoestima

20,0

73,3

Otro

26,7

100,0

Total

100,0

Fuente: Padres de familia de 2° y 4° grado de básica

Las conductas disruptivas generan un impacto significativo en el estudiante, puesto que, la mayoría de los padres (80%) considera que las conductas disruptivas afectan el rendimiento académico (Tabla 5). Santillán y Samada (2023) sostienen que las rutinas inadecuadas de estudio y ocio, como no dedicar tiempo a tareas, exceso de televisión, desinterés por la lectura y uso recreativo de internet, predisponen a conductas disruptivas. El fracaso escolar no influye significativamente, salvo en centros con alta tasa de repetidores. Sin embargo, desaprobar múltiples asignaturas sí se vincula con mayor disrupción, en contraste con quienes no reprueban o reprueban pocas materias.

Tabla 5. Impacto en el rendimiento académico

Participación aprobada

Tasa porcentual

Siempre

33,3

33,3

Casi siempre

46,7

80,0

A veces

20,0

100,0

Total

100,0

Fuente: Padres de familia de 2° y 4° grado de básica

El 80 % creen que estos comportamientos afectan el entorno social de sus hijos (Tabla 6). De acuerdo con Narváez y Obando (2020) , las conductas disruptivas se clasifican en destructivas, interferentes y restrictivas, puesto que afectan a su entorno familiar y social. Por ende, es menester comprender sus causas y funciones, pero también intervenir cuando estas conductas sean peligrosas, tiendan a agravarse, y dificulten la inclusión social o interfieran en los aprendizajes de los estudiantes.

Tabla 6. Impacto en el entorno social

Participación aprobada

Tasa porcentual

Siempre

46,7

46,7

Casi siempre

33,3

80,0

A veces

20,0

100,0

Total

100,0

Fuente: Padres de familia de 2° y 4° grado de básica

En la tabla 7 se demuestra que el 100 % de los padres consideran que es necesario eliminar las conductas disruptivas en sus hijos, evidenciando una percepción sólida de los padres de prescindir las conductas disruptivas en el ámbito educativo para promover un contexto saludable y apto para aprender.

Tabla 7. Eliminar la conducta disruptiva para tener un ambiente saludable

Participación aprobada

Tasa porcentual

Siempre

66,7

66,7

Casi siempre

33,3

100,0

Total

100,0

Fuente: Padres de familia de 2° y 4° grado de básica

Estrategias utilizadas por los docentes

Las autoridades del DECE (100 %) se encuentran de acuerdo que las estrategias metodológicas orientadas a la eliminación de la conducta disruptivas, propician un ambiente positivo en el salón de clases (Tabla 8). Esto demuestra un compromiso por parte de los docentes para crear un entorno de aprendizaje favorable.

Tabla 8. Estrategias metodológicas para un ambiente positivo aplicadas

Participación aprobada

Tasa porcentual

De acuerdo

100,0

100,0

Fuente: Autoridades del DECE

No obstante, se evidencia que el 40 % de los padres se encuentran insatisfechos con las estrategias aplicadas por el docente (Tabla 9). Esta información es notable porque sugiere una necesidad de mejorar las estrategias utilizadas por los profesores del aula.

Tabla 9. Satisfacción de las estrategias del docente

Participación aprobada

Tasa porcentual

Casi siempre

13,3

13,3

A veces

26,7

40,0

Casi nunca

40,0

80,0

Nunca

20,0

100,0

Total

100,0

Fuente: Padres de familia de 2° y 4° grado de básica

Por ende, el 46,7 % de los padres solo ha notado pocas mejoras en el comportamiento de los hijos con las estrategias aplicadas por el docente, mientras que el 46,7 % casi nunca ha notado mejoras (Tabla 10).

Tabla 10. Mejoras observadas en relación a las estrategias que aplica el docente

Participación aprobada

Tasa porcentual

A veces

46,7

46,7

Casi nunca

46,7

93,3

Nunca

6,7

100,0

Total

100,0

Fuente: Padres de familia de 2° y 4° grado de básica

Por tal motivo, el 75% de las autoridades del DECE revelan que los docentes no se encuentran capacitados para dar clases a estudiantes con conductas disruptivas, mientras que el 25% se encuentra indecisa (Tabla 11). Reflejando que los maestros deben fortalecer y estandarizar su formación profesional, para generar clases con un ambiente positivo.

Tabla 11. Nivel de capacitación de docentes en relación con la conducta disruptiva

Participación aprobada

Tasa porcentual

Indeciso

25,0

25,0

En desacuerdo

75,0

100,0

Total

100,0

Fuente: Autoridades del DECE

EL 50 % de los encuestados del DECE sugieren que es necesario adaptar la educación acorde a las necesidades de los estudiantes, no obstante, el 50 % no hay consenso y admiten posiblemente una brecha en la aplicación de adaptaciones curriculares para atender las necesidades específicas de estos estudiantes.

Tabla 12. Ajustes curriculares para estudiantes con inconvenientes conductuales

Participación aprobada

Tasa porcentual

En desacuerdo

25,0

25,0

Indeciso

25,0

50,0

De acuerdo

25,0

75,0

Totalmente de acuerdo

25,0

100,0

Total

100,0

Fuente: Autoridades del DECE

Intervención de la institución y el hogar

La cooperación entre los tutores legales y los establecimientos académicos es clave para el éxito de cualquier estrategia o programa de apoyo. Una comunicación fluida y colaboración entre las partes interesadas pueden facilitar la identificación temprana de las necesidades de los estudiantes e implementar intervenciones oportunas y efectivas.

En la tabla 13 se demuestra que el 100% de los encuestados expresan que la familia desempeña un papel fundamental en mitigar este tipo de comportamiento de los estudiantes, enfatizando la relevancia de la colaboración de los responsables en el transcurso académico de sus hijos. Cabe destacar, que el ámbito familiar y los hábitos personales son factores clave en las conductas disruptivas escolares. Los estudiantes cuyos padres dedican más tiempo y hacen un seguimiento más cercano exhiben menor disrupción, por lo que se recomienda fortalecer los vínculos familiares.

Tabla 13. Rol de la familia en la mitigación de comportamientos disruptivos

Participación aprobada

Tasa porcentual

De acuerdo

50,0

50,0

Totalmente de acuerdo

50,0

100,0

Total

100,0

Fuente: Autoridades del DECE

Del mismo modo, el 75 % de las autoridades del DECE expresan que es necesario que los procedimientos para abordar las conductas disruptivas en la institución deben ser conocidos (Tabla 14), evidenciando una falta de comunicación en los docentes sobre los procesos que deben optar.

Tabla 14. Conocimiento del protocolo para abordar problemas disruptivos

Participación aprobada

Tasa porcentual

Totalmente en desacuerdo

75,0

75,0

De acuerdo

25,0

100,0

Total

100,0

Fuente: Autoridades del DECE

Por ende, ellos afirman (100 %) que es relevante diseñar programas de capacitación plantear programas de capacitación para que los docentes aprendan técnicas para manejar casos de conductas disruptivas (Tabla 15). Dado que, cuando un docente enfrenta conductas disruptivas en sus estudiantes, debe analizar los factores personales, familiares y del entorno escolar que influyen en dicho comportamiento. Esto le permitirá implementar estrategias y técnicas de modificación conductual adecuadas para lograr que el alumno adopte un comportamiento apropiado en el aula. El papel del profesor es fundamental para prevenir y abordar estas situaciones (Paredes-Aulestia et al., 2024).

Tabla 15. Programas de capacitación para manejar conductas disruptivas

Participación aprobada

Tasa porcentual

De acuerdo

25,0

25,0

Totalmente de acuerdo

75,0

100,0

Total

100,0

Fuente: Autoridades del DECE

Es necesario recalcar, que los padres (80 %) indican que existe una falta de involucramiento significativo en el desarrollo de estrategias o programas de apoyo para estudiantes con conductas disruptivas (Tabla 16). Los resultados apuntan que se debe fortalecer la colaboración entre el plante educativo y las familias de los estudiantes, dado que la Institución debe brindar capacitaciones y estrategias a los docentes, que aborden de forma integral las consecuencias de los problemas de conductas.

Tabla 16. Colaboración de la institución en el desarrollo de programas sobre conductas disruptivas

Participación aprobada

Tasa porcentual

A veces

20,0

20,0

Casi nunca

53,3

73,3

Nunca

26,7

100,0

Total

100,0

Fuente: Padres de familia de 2° y 4° grado de básica

Por ello, se recalca que los padres (100 %) consideran que es importante que los docentes reciban capacitaciones para abordar adecuadamente los problemas de conductas en el aula. La capacitación debe ser continua y actualizada a los docentes, no solo con técnicas específicas para manejar dificultades de conductas, también en el desarrollo de adaptaciones curriculares y estrategias metodológicas que fomenten un ambiente de aprendizaje inclusivo y positivo.

Tabla 17. Importancia de la capacitación docente

Participación aprobada

Tasa porcentual

Siempre

100,0

100,0

Fuente: Padres de familia de 2° y 4° grado de básica

PROPUESTA

En la planificación de la propuesta se propuso una capacitación a docentes que abordan las estrategias didácticas, para afrontar a la conducta disruptiva de los estudiantes de Básica Elemental de la Unidad Educativa Julio María Matovelle del cantón Machala. El objetivo de la propuesta es fortalecer las competencias de los docentes, en la implementación de estrategias didácticas efectivas y recursos digitales, a fin de gestionar adecuadamente las conductas disruptivas en el aula y promover un entorno de aprendizaje propicio para el desarrollo integral de los estudiantes. Es pertinente resaltar que durante el proceso investigativo se constató que una de las vías más efectivas para captar el interés de los estudiantes y mitigar los problemas de conducta es el establecimiento de normas claras y la implementación de estrategias didácticas apoyadas en recursos digitales. Con base en estos hallazgos, se estructuraron las conferencias de capacitación docente, enfocadas en proporcionar herramientas prácticas y aplicación de reglas de convivencia en el aula, así como en el uso pedagógico de las tecnologías de la información y la comunicación (Tabla 18).

Tabla 18. Temario de capacitación a didácticos

Actividades

Objetivo

Estrategias

Tiempo de duración

Establecimiento de rutinas en los estudiantes

Promover el uso de reglas en el aula para promover un ambiente sano

• Ser puntuales

• Fomentar el respeto

• Incentivar la participación en clases

30 minutos

Refuerzo positivo

Demostrar la relevancia de la motivación de los estudiantes

• Halagos

• Premios

• Recompensas

30 minutos

Técnicas de manejo conducta

Promover el uso de tácticas que ayuden a disminuir los problemas de conductas en los estudiantes

• Estrategias de tiempo afuera

• El costo de respuesta

40 minutos

Inserción de estrategias de aprendizaje activo

Evidenciar la relevancia de usar estrategias de aprendizaje activo en el aula de clases

• Trabajo en equipo

• Experimentos y actividades prácticas

• Ejercicios de resolución de retos y problemas

20 minutos

Introducción de las TIC

Demostrar los beneficios de incorporar las TIC en las materias académicas

• Audiovisuales

• Contenido multimedia

• Gamificación

20 minutos

Fuente: Elaboración propia

El temario de la capacitación docente aborda estrategias específicas para fomentar un aprendizaje efectivo en el aula. Se inicia con el establecimiento de rutinas y normas, cultivando en los estudiantes los valores necesarios para un aprendizaje óptimo. Posteriormente, se resalta la importancia del refuerzo positivo, explorando técnicas como elogios, recompensas y reconocimientos para motivar a los alumnos.

Además, una de las capacitaciones abarca técnicas eficaces para el manejo de la conducta, como las estrategias de tiempo fuera y el costo de respuesta, con el fin de disminuir los problemas de comportamiento y promover un entorno propicio para el aprendizaje. Del mismo modo, se destaca la implementación de estrategias de aprendizaje activo, incluyendo el trabajo colaborativo, experimentos prácticos y ejercicios de resolución de problemas, que sirven para fomentar la participación y el pensamiento crítico de los estudiantes. Finalmente, se demuestra la relevancia de incorporar las TIC en el proceso educativo, explorando el uso de recursos audiovisuales, contenido multimedia y gamificación para enriquecer la experiencia de aprendizaje y mantener a los estudiantes motivados y comprometidos.

DISCUSIÓN

Basados en los hallazgos presentados, se evidenció la necesidad de adoptar un enfoque holístico para abordar las conductas disruptivas en el ámbito educativo. Los resultados refuerzan la importancia de capacitar continuamente al personal docente en el manejo efectivo de estas conductas, tal como lo sugieren Macías y Alarcón (2021). Además, se evidencia la insatisfacción con las técnicas actuales, lo que resalta la necesidad de implementar metodologías innovadoras como la gamificación, que pueden captar el interés de los estudiantes y mejorar su compromiso con el proceso de aprendizaje (Del Cid, 2022).

Además, se destacó la complejidad de los factores que pueden desencadenar las conductas disruptivas, como provocaciones previas, deseos de obtener refuerzos externos o desequilibrios emocionales (Martínez-Vicente y Valiente-Barroso, 2020). Esto implica la necesidad de abordar estas conductas desde un enfoque integral que incluya el desarrollo de habilidades interpersonales y afectivas, así como la implementación de normas y patrones de conducta claros (Sánchez et al., 2020).

Otro aspecto clave es la calidad de la cooperación entre el centro educativo y el hogar. Loa hallazgos demuestran la necesidad de una comunicación constante con los progenitores, no solo para informar sobre las conductas disruptivas, sino también para involucrarlos en la implementación de estrategias y pautas consistentes en ambos entornos (Rodríguez et al., 2021).

En cuanto a las implicaciones para la práctica pedagógica, estos hallazgos sugieren la necesidad de adoptar un enfoque multidimensional que combine la formación docente, la implementación de metodologías innovadoras, el desarrollo de habilidades socioemocionales, la colaboración con las familias y la aplicación patrones de conducta; dado que este tipo de metodologías pueden mitigar el impacto de las conductas disruptivas y fomentar un ambiente saludable en el ámbito académico.

En cuanto a las limitaciones del estudio, es importante reconocer que los resultados pueden estar influenciados por factores contextuales específicos, como las características demográficas y culturales de la población estudiada. Además, es posible que existan sesgos inherentes a los métodos de recolección de datos utilizados.

Para futuras investigaciones, sería valioso explorar el impacto de intervenciones específicas basadas en el enfoque multidimensional propuesto, evaluando su efectividad en la mitigación de las conductas disruptivas y el mejoramiento del rendimiento académico y el bienestar emocional de los estudiantes. Además, sería útil investigar las percepciones y experiencias del personal docente y los progenitores en relación con la implementación de estas intervenciones, con el fin de identificar barreras y facilitadores para su adopción exitosa.

En síntesis, los hallazgos resaltan la necesidad de un abordaje integral y coordinado para mitigar el impacto de las conductas disruptivas en el entorno educativo. Cabe destacar, que, a pesar de las limitaciones identificadas en la indagación, se recalca que este estudio abrirá nuevos caminos para futuras investigaciones que permitan profundizar en el conocimiento de este fenómeno y desarrollar intervenciones efectivas para promover un ambiente de aprendizaje saludable y enriquecedor.

CONCLUSIONES

En conclusión, los hallazgos demuestran la importancia de utilizar estrategias integrales y multidisciplinaria para abordar las conductas disruptivas en los estudiantes. En este sentido, es esencial mejorar la comunicación y el trabajo en equipo: docentes, DECE, padres de familia y el Plantel. Además, es esencial que los docentes reciban capacitación continua y actualizada, no solo en técnicas específicas para abordar este comportamiento conductual, elaboración de adaptaciones curriculares y estrategias metodológicas que promuevan un ambiente de aprendizaje inclusivo y positivo.

Los padres reconocen la importancia de identificar los problemas de conductas y la necesidad imperiosa de implementar estrategias y protocolos, a través de la comunidad educativa, con el propósito de diseñar programas específicos, con el objeto de generar mejoras en el comportamiento de los hijos. En este contexto, los docentes expresan la necesidad de contar con herramientas y estrategias más efectivas, para manejar situaciones para abordar casos conductuales difíciles en clase. Finalmente, cualquier estrategia o programa de apoyo necesita la participación activa de los padres de familia, la institución educativa, colaboración estrecha y la comunicación fluida entre los involucrados en el proceso de aprendizaje.

Referencias bibliográficas

  1. Alonso, G. T., Paredes, M. J., y Salazar, G. D. (2020). Competencias docentes y conductas disruptivas: Un desafío permanente en el contexto educativo. Ciencias digital, 4(1), 18-31. https://doi.org/10.33262/cienciadigital.v4i4.1.1450
  2. Bandura, A. (1984). La teoría del aprendizaje social (Primera ed.). Espasa.
  3. Barrios-Vanegas, I. F. (2016). Factores psicológicos que influyen en la conducta agresiva de niños y niñas de 8 años de edad. Revista Iberoamericana de Bioeconomía y Cambio Climático, 2(1). https://doi.org/10.5377/ribcc.v2i1.5695
  4. Brackett, M. A., y Rivers, S. E. (2021). Las emociones importan: una guía para la eficacia en el aula. Universidad de Oxford.
  5. Camera, A., Romañuk, S., y Satriano, L. (2022). Estrategias de intervención educativa en conductas disruptivas de la Primera infancia. Instituto de Formación Docente. https://repositorio.cfe.edu.uy/bitstream/handle/123456789/2051/Camera%2C%20A.%2C%20Estrategias.pdf?sequence=2yisAllowed=y
  6. Carrera-Salinas, K. J., Toledo-Rojas, T., y Mera-Macías, I. R. (2023). Las conductas disruptivas: Retos para el docente ecuatoriano en la atención a la diversidad y la inclusión educativa. Polo de Conocimiento, 8(6), 418-432. doi:10.23857/pc.v8i16
  7. Constitución de la República del Ecuador. (2024). Título II. derecho: https://www.lexis.com.ec/biblioteca/constitucion-republica-ecuador
  8. Constitución del Ecuador. (2024). Título II. derecho: https://www.lexis.com.ec/biblioteca/constitucion-republica-ecuador
  9. Cummins, J. (2020). Estrategias de aprendizaje activo para la enseñanza y el aprendizaje. . Nueva York: Routledge.
  10. Del Cid, J. (2022). Las conductas disruptivas en el rendimiento académico de estudiantes del nivel primario. Revista Científica Saperes Universitas, 5(2). doi:https://doi.org/10.53485/rsu.v5i2.231
  11. Figueroa Valencia, K. C., Macas Caiminagua, M. A., y Espinoza Freire, E. E. (2020). Conducta disruptiva en aulas regulares de Machala: estudio de caso. Revista Metropolitana de Ciencias Aplicadas, 3(2), 225-232. https://remca.umet.edu.ec/index.php/REMCA/article/view/291
  12. Figueroa, K., Macas, M., y Espinoza, E. (2020). Conducta disruptiva en aulas regulares de Machala: estudio de caso. Revista Metropolitana de Ciencias Aplicadas,, 3(2), 225-232. https://remca.umet.edu.ec/index.php/REMCA/article/view/291/320
  13. Finol, M., y Solórzano, J. (2020). Paradigmas, enfoques y métodos de investigación: análisis teórico. Mundo Recursivo, 3(1), 1-24. https://atlantic.edu.ec/ojs/index.php/mundor/article/view/38
  14. Gómez, M., y Cuña, A. (2017). Estrategias de intervención en conductas disruptivas. Porto Alegre, 8(2), 278-293. doi: https://doi.org/10.15448/2179-8435.2017.2.27976
  15. Gross, J. (2015). Regulación de las emociones: estado actual y perspectivas futuras. Investigación psicológica, 26(1), 1-26. doi:https://doi.org/10.1080/1047840X.2014.940781
  16. Haro-Lara, A. P., Bonifaz-Díaz, F., y Tite-Naranjo, N. I. (2023). Conductas disruptivas y rendimiento académico. Revista Científica y Arbitrada de Ciencias Sociales y Trabajo Social ‘‘Tejedora’’, 6(12), 31-41. doi:https://doi.org/10.56124/tj.v6i12.0092
  17. Hernández Sampieri, R., Fernández Colado, C., y Baptista Luicio, P. (2014). Metodología de la Investigación. (Sexta. ed.). Mc Graw Hill]. https://www.esup.edu.pe/wp-content/uploads/2020/12/2.%20Hernandez,%20Fernandez%20y%20Baptista-Metodolog%C3%ADa%20Investigacion%20Cientifica%206ta%20ed.pdf
  18. Intriago Basurto, M. J., Tarazona Meza, A. K., y Maitta Rosado, I. S. (2020). Resiliencia en adolescentes con problemas de la conducta, con un enfoque de género en estudiantes del 10mo grado. Revista Científica Sinapsis, 1(16). doi:https://doi.org/10.37117/s.v1i16.350
  19. Jurado de los Santos, P., y Lafuente Carrasco, A. (2020). Conductas disruptivas en educación secundaria obligatoria: análisis de factores intervinientes. Contextos educativos., 25, 219-236. doi: http://doi.org/10.18172/con.3827
  20. Jurado de los Santos, P., Lafuente, A., y Justiniano, M. (2020). Conductas disruptivas en Educación Secundaria Obligatoria: análisis de factores intervinientes. Contextos Educativos. Revista De Educación(25), 219-236. doi:https://doi.org/10.18172/con.3827
  21. Katembu, S., Zahedi, A., y Sommer, W. (2023). El trauma infantil y el comportamiento violento en adolescentes se relacionan diferencialmente con los déficits cognitivo-emocionales. Frente de Salud Pública. doi:10.3389/fpubh.2023.1001132
  22. Ley Orgánica de Educación Intercultural. (2021). https://gobiernoabierto.quito.gob.ec/Archivos/Transparencia/2021/04abril/a2/anexos/procu_loei.pdf
  23. Lozada García, R., y Acle Tomasini, G. (2021). Problemas de conducta en el aula: Construcción del concepto desde la perspectiva de las maestras de primaria. Revista Iberoamericana de Psicología, 14(3), 131-143. doi:https://doi.org/10.33881/2027-1786.rip.14312
  24. Macias, E., y Alarcón, L. (2021). Manejo de las conductas disruptivas en la convivencia estudiantil en la bósica superior. Dominio De Las Ciencias, 7(4), 411–432. https://doi.org/10.23857/dc.v7i4.2100
  25. Marqués, S. (2020). Magisterio. https://www.magisnet.com/2020/02/conductas-disruptivas-el-enemigo-no-1-de-los-docentes/
  26. Martínez-Vicente, M., y Valiente-Barroso, C. (2020). Ajuste personal y conductas disruptivas en alumnado de primaria. Actualidades en Psicología, 34(129), 71-89. doi: https://dx.doi.org/10.15517/ap.v34i129.37013
  27. Mestre, V., Marín, C., y Samper, P. (2022). Disciplina positiva en el aula: Estrategias para establecer rutinas y límites. Palgrave Macmillan.
  28. Narváez, J. H., y Obando, L. M. (2020). Conductas disruptivas en adolescentes en situación de deprivación sociocultural. Psicogente, 23(44), 1-22. doi:https://doi.org/10.17081/psico.23.44.3509
  29. Orellana Román, I., Alemany Arrebola, I., y Ruiz Garzón, F. (2022). La conducta disruptiva en las aulas de secundaria: la percepción de los docentes. Revista Fuentes, 24(3), 345-357. doi:https://doi.org/10.12795/revistafuentes.2020.20326
  30. Paredes-Aulestia, G., Pullas-Tapia, J., y Tabares-Rosero, X. (2024). Estrategias de intervención psicopedagógica para estudiantes con problemas conductuales. 593 Digital Publisher CEIT, 9(1), 173-186. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=9314985
  31. Pérez Egües, M. A., Torres Zerquera, L. d., y López Rodríguez del Rey, M. M. (2021). Virtualización del servicio de orientación del gabinete. Conrado, 17(83), 142-152. https://conrado.ucf.edu.cu/index.php/conrado/article/view/2069
  32. Polanía, C., Cardona, F., Castañeda, G., Vargas, I., Calvache Salazar, O. y Abanto, W. (2020). Metodología de investigación Cuantitativa y Cualitativa. Institución Universitaria Antonio José Camacho. https://repositorio.uniajc.edu.co/handle/uniajc/596
  33. Rodríguez García, V. (2021). https://www.campuseducacion.com/blog/revista-digital-docente/el-manejo-de-las-conductas-disruptivas-en-el-aula/
  34. Rodríguez, A., y Pérez, A. O. (2017). Métodos científicos de indagación y de construcción del conocimiento. Revista EAN,(82), 179-200. doi:https://doi.org/10.21158/01208160.n82.2017.1647
  35. Rodríguez, L., Gutiérrez, I., y Moreno, A. (2021). Diseño de estrategias metodológicas para la disminución de las conductas disruptivas en niños y niñas del colegio integrado nuevo mundo Floridablanca 2021. . Uniminuto. https://repository.uniminuto.edu/bitstream/10656/13315/1/Boletin%20No.%2056_Intellingenstia-Oct%202021.pdf#page=22
  36. Saco, I., González, I., Martín, M. y Bejarano, P. (2022). Conductas disruptivas en el aula. Análisis desde la perspectiva de futuros docentes de Educación Primaria. Education in the Knowledge Society (EKS), 1-12. doi:https://doi.org/10.14201/eks.28268
  37. Saco-Lorenzo, I., González-LópezI., Martín-Fernández, M. A. y Bejarano-Prats, P. (2022). Comportamiento disruptivo en el aula. Análisis desde la perspectiva de los futuros docentes de educación primaria. Educación en la Sociedad del Conocimiento, 23. https://revistas.usal.es/tres/index.php/eks/article/download/28268/28621?inline=1
  38. Sánchez, T., Bazantes y Ramos, C. (2020). Aplicación de estrategias metodológicas para evitar la conducta disruptiva en los estudiantes de la Unidad Educativa “Adolfo María Astudillo”. Magazine De Las Ciencias: Revista De Investigación E Innovación, 5(CISE). https://revistas.utb.edu.ec/index.php/magazine/article/view/1156
  39. Santillán Acevo, L. M., y Samada Grasst, Y. (2023). Programa de capacitación a docentes para actuación ante conductas disruptivas en niños de Educación Inicial. Revista San Gregorio, 1(53), 51–69. doi:http://dx.doi.org/10.36097/rsan.v0i53.2243
  40. Tamayo, A., y Restrepo, J. (2016). El juego como mediación pedagógica en la comunidad de una institución de protección, una experiencia llena de sentidos. . Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, 13(1), 105-128. doi:https://www.redalyc.org/pdf/1341/1341
  41. Tinitana, M., Morales, N., y Villavicencio, C. (2023). Estilos de crianza y conductas disruptivas en niños en tiempos de pandemia. Fides et Ratio - Revista de Difusión cultural y científica de la Universidad La Salle en Bolivia, 25(25), 45-68. http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttextypid=S2071-081X2023000100005ylng=esytlng=es.
  42. Toala Ponce, S., Quiñónez Ortiz, E., y Gómez Pinillo, L. (2020). La indisciplina y sus factores en la enseñanza aprendizaje. MLS Psychology Research, 3(1), 21-38. doi:10.33000/mlspr.v2i2.392
  43. Universidad del Internet. (2019). Conductas disruptivas en el aula: qué son y cómo abordarlas desde una perspectiva psicopedagógica. Unir: https://www.unir.net/educacion/revista/conductas-disruptivas-en-el-aula/
  44. Vergara Plazarte, J. A., y Jama Zambrano, V. (2022). La conducta disruptiva en el rendimiento académico de las/os estudiantes de Básica Superior. Dominio de la Ciencia., 8(3), 1686-1702. doi:http://dx.doi.org/10.23857/dc.v8i3
  45. Villavicencio, C. E., Armijos, T. R., y Castro, M. C. (2020). Conductas disruptivas infantiles y estilos de crianza. Revista Iberoamericana de Psicologí, 13(1), 139-150. doi:https://doi.org/10.33881/2027-1786.rip.13113
  46. Zambrano, W., Uribe, A., y Tomalá, M. (2021). Conductas disruptivas en niños y niñas de Educación Inicial. Revista Ciencias Pedagógicas e Innovación, 9(2), 20-32. doi:https://doi.org/10.26423/rcpi.v9i2.422

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Declaración de responsabilidad de autoría

Los autores del manuscrito señalado, DECLARAMOS que hemos contribuido directamente a su contenido intelectual, así como a la génesis y análisis de sus datos; por lo cual, estamos en condiciones de hacernos públicamente responsable de él y aceptamos que sus nombres figuren en la lista de autores en el orden indicado. Además, hemos cumplido los requisitos éticos de la publicación mencionada, habiendo consultado la Declaración de Ética y mala praxis en la publicación.

Clemencia Elizabeth Ojeda Cueva, Yadira Mariuxi Rodríguez Honores y Nelly Hodelín Amable: Proceso de revisión de literatura y redacción del artículo.